Los malos balances de las grandes cadenas de ventas minoristas generaron preocupacion en el mercado y aumentan los riesgos recesivos en EEUU.
Las acciones en Wall Street vuelven a abrir a la baja el jueves. Las pérdidas de hoy se dan luego de la negativa jornada del miércoles en el que el Dow Jones tuvo su mayor caída diaria desde junio de 2020.
Señales de desaceleración preocupan al mercado ante los riesgos de un aterrizaje forzoso en medio de un contexto de política monetaria contractiva de la Fed. La deuda argentina también opera a la baja.
Wall Street está de cara a una nueva jornada bajista. El Dow Jones opera a la baja, cayendo 0,87%, seguido por el S&P500 que pierde 0,9% y el Nasdaq retrocede 0,94%.

Las bajas de hoy continúan a las perdidas evidenciadas en el día de ayer, en el que el mercado tuvo su peor día desde junio de 2020 y en el que el Dow Jones perdió más de 1000 puntos en un solo día.
De hecho, ayer fue la quinta caída del Dow de más de 800 puntos este año, lo cual es un reflejo de la mayor volatilidad con la que opera Wall Street recientemente.
En Europa también se registran fuertes bajas el jueves. El Stoxx50 cae 1,75%, mientras que el FTSE100 de Londres es la bolsa que más cae, con una merma de 2,1%.
El CAC40 de Francia y el DAX de Alemania también caen más del 1%, con una baja de 1,7% y 1,5% respectivamente.
Malos datos de minoristas
Las acciones bajan hoy después de las fuertes bajas de ayer, en el que el Dow Jones registró su mayor pérdida desde 2020.
En el acumulado del año, el Nasdaq cae 27%, seguido por el S&P500 que pierde 17,5% y el Dow Jones retrocede 13,1.
Las señales bajistas en el mercado se dieron a partir de que las grandes cadenas de venta minorista como WalMart y Target anunciaran resultados trimestrales peor de lo estimado.
Esto implica que la inflación está poniendo al día con algunos de los minoristas más grandes de Estados Unidos, ya que sus resultados trimestrales recientes se vieron afectados por costos más altos.
Los costos más altos se dan a partir de una disparada en la inflación en EEUU, la cual alcanzó su mayor nivel en 40 años.
El hecho de que algunos de los nombres más importantes de Main Street estén bajo presión en cuanto a sus ganancias trimestrales, resulta una advertencia de que la inflación está comenzando a afectar los ingresos reales de los minoristas.
De esta manera, las acciones de las cadenas de ventas minoristas como WalMart y Target registrando algunas de las mayores caídas desde la caída del mercado de 1987, en medio de temores de que las empresas no podrían pasar precios más altos a los consumidores.
El impacto hacia el resto de las acciones se da por los temores de los inversores de que el aumento de la inflación afectara la demanda agregada en EEUU y complique las ganancias corporativas a nivel general.
De esta manera, las preocupaciones sobre el impacto económico y los riesgos de un aterrizaje forzoso se vieron aumentados, todo ello en un contexto en el que la Fed busca frenar la inflación con una política monetaria más contractiva.
Los informes de ganancias de algunos de los minoristas más grandes de Estados Unidos en los últimos días se sumaron a la preocupación de que la tasa de inflación más alta en 40 años pueda llevar a la economía hacia una recesión.
Es decir, a causa de la mayor inflación, la Fed debe aplicar política monetaria contractiva, subiendo la tasa y quitando estímulos. Esto podría provocar un freno a la economía y eventualmente llevar a la misma a una recesión.
En un evento organizado por Wall Street Jorunal, el Presidente de la Fed Jerome Powell se refirió a la política monetaria de Estados Unidos y aseguró que la autoridad monetaria “seguirá presionando” para endurecer sus políticas con el objetivo de reducir la inflación.
Powell remarcó que “si no se observa una reducción en la inflación, tendremos que considerar movernos más agresivamente” y que “si eso implica superar los niveles (de tasas) entendidos como ‘neutrales’, no dudaremos en hacerlo”.

Por otro lado, Powell se refirió al impacto de estas políticas hawkish sobre la actividad y reconoció que podría haber “algo de dolor” y que “el crecimiento debe moderarse para que baje la inflación”.
Es decir, Powell también deja margen para que la economía americana ingrese en un eventual escenario recesivo a causa de la política monetaria más contractiva de la Fed.
Adicionalmente, en apenas unas pocas horas, Goldman Sachs, Morgan Stanley, JP Morgan, Moodys, Deustche Bank y el Instituto Internacional de Finanzas alertaron sobre esa posibilidad,
Keith Wade, economista jefe de Schroders, señaló que desde la compañía esperan que la Fed siga aplicando política monetaria contractiva y advierte que evitar un aterrizaje forzoso luce como una tarea desafiante para la Fed.
“La tarea de lograr un aterrizaje suave parece particularmente desafiante en la actualidad. Las tasas de interés seguirán aumentando ya que comienzan desde niveles bajos. Esperamos otras seis subas consecutivas, con la tasa de la Fed alcanzando un máximo del 2,25% al 2,5 % a principios del 2023”, dijo.
“Algunos verían esto como neutral (los mercados esperan más endurecimiento), pero dados los vientos en contra actuales, podría terminar siendo lo suficientemente ajustado como para hacer que la economía de EE.UU. se derrumbe. La inflación estará bajo control, pero es probable que el precio a pagar sea una recesión”, alertó Wade.
Con una visión similar, Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS, cree que la dinámica inflacionaria llevará a la Fed a disponer de dos subas (hikes) consecutivas de al menos 50 puntos básicos cada una en sus próximas dos reuniones.
“La política hawkish (contractiva) para reducir la inflación podría chocar con un potencial impacto adverso sobre la actividad económica luego de la caída del PBI en el primer trimestre del año”, dijo.
Tras la suba de tasas de la Fed a comienzo de mayo, Jerome Powell intentó sonar más laxo (dovish) y calmar a los mercados al advertir que no planea subir la tasa en más de 50 puntos básicos por reunión.
Bonos a la baja
Los bonos argentinos acompañan la tendencia bajista global y vuelven a operar a la baja.
Todos los tramos soberanos muestran retrocesos el jueves, con una caída de 0,6% en el tramo corto, del 0,5% en el tramo medio y de hasta 0,7% en el tramo largo.
Los bonos argentinos vuelven a operar en mínimos históricos y con la baja actual acumulan pérdidas de entre 35% y 45% desde que salieron a cotizar tras el canje de deuda.
Con la caída reciente, la curva soberana argentina se muestra en su peor momento. Es decir, con las tasas más altas, las paridades más bajas y el mayor empinamiento negativo desde que salieron a cotizar los nuevos bonos.
Los bonos argentinos de ley local rinden 34% en el tramo corto (en el AL29) y 19% en el extremo más largo (AL41). Por su parte, la ley internacional rinde 30% en el tramo más corto (GD29) y 18% en el tramo más largo (GD41).
Martin Saud, senior trader de Balanz, explicó que los bonos soberanos parecen baratos en estos niveles. “Muchos de ellos se están tradeando en niveles del 30% de precio de paridad o incluso debajo dependiendo el bono. Están en su mínimo tomando como referencia la restructuración 2020”, dijo.
Sin embargo, advierte que, si bien se ven baratos, es entendible que no haya tantos compradores debido al contexto internacional y local.
En cuanto a lo local, Saud agrega que aún no hay un panorama claro tanto en lo político como en lo económico de lo que va a pasar en el futuro
“Si bien los bonos rinden muy alto, tienen cupones de interés muy bajos, entonces no hay incentivo a comprar ya que el carry que se pierde es muy bajo y los inversores prefieren esperar a tener menor incertidumbre”, comentó.
Finalmente, en cuanto al contexto internacional, Saud agrega que es un mal año para la renta fija, los fondos de mercados emergentes están con muchos rescates y si bien argentina está barato, tienen que vender también porque sino les quedan las carteras desbalanceadas.
“Debido a esto, la mayor parte del flujo vendedor es externo de los grandes fondos internacionales”, sostuvo.