Ahora los plazos fijos a 30 días rinden un piso de 41,5% nominal anual. Todavía no compensan la inflación. Otras estrategias para aprovechar el cambio.
Después de más de un año en el que la tasa de referencia se mantuvo prácticamente inmóvil, el Banco Central ya la subió dos veces en lo poco que va del año. El tipo de interés de política monetaria, hoy basada en la Leliq a 28 días, subió 2,5 puntos porcentuales al 42,5% anual y con ello el piso regulatorio para la tasa de plazos fijos para personas humanas se movió en la misma magnitud hasta llegar al 41,5% anual.
La decisión, que modificó al alza prácticamente a toda la estructura de tasas, no tiene como objetivo intentar frenar a la inflación -el uso tradicional que se le da a la tasa de referencia, pero en el que esta administración no confía- sino acompañar la aceleración del ritmo de suba del dólar oficial que se mueve a una velocidad consecuente con un aumento anual del orden del 40 por ciento.
Si los rendimientos en pesos estuvieran por debajo de ese nivel, no habría ningún incentivo a que los exportadores liquiden sus dólares y las alicaídas reservas del Banco Central no podrían contar con las esperadas divisas de la cosecha, que llegan cada año con fuerza en el segundo trimestre.
Tasa de referencia y ritmo de suba del dólar oficial en %
¿Pero que cambia para el ahorrista minorista? En el margen, para empezar, los plazos fijos ganan atractivo. Pero no demasiado. La tasa del 41,5% anual comparada con expectativas de inflación que según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central estaban en el 53,9% para los próximos doce meses continua resultando muy baja.
Es cierto que la tasa efectiva anual de esas colocaciones -el cálculo de rendimiento en un año completo si el ahorrista renueva el plazo fijo cada 30 días, reinvirtiendo tanto el capital como los intereses- llega al 50,4% ahora. Es decir, los ahorristas que recurren al plazo fijo seguirán perdiendo contra la inflación. Pero perderán menos.
La erosión diaria que sufre el peso ante el ritmo de avance del nivel general de precios hace que una tasa más alta sea, sino una solución, al menos un paliativo. Y en ese sentido aparece una herramienta de corto plazo que ayuda a que el impacto de la inflación sobre los pesos sea menor.
Es común que los especialistas recomienden a los ahorristas nunca dejar saldos a la vista -pesos en la caja de ahorro o cuenta corriente, a rendimiento cero-, y menos en contexto de inflación alta. Para evitarlo, la herramienta más común es colocar esos saldos en fondos comunes de inversión en pesos de corto plazo. Esta suba de tasas, de nuevo, no impide perder contra la inflación al recurrir a estos instrumentos. Pero reduce el daño.
Los fondos comunes “T+0″ o de liquidez inmediata -que permiten rescates inmediatos- y “T+1″ -que permiten rescatar a un plazo de 24 horas- ofrecen rendimientos diarios que se van a ver mejorados con la suba de tasas. Pero hay matices.
“Lo primero que se me ocurre como resultado de la suba de tasas es que aumenta el costo de oportunidad de tener pesos a la vista, por lo que vale más la pena pensar en ponerlo a invertir en algo”, dijo Francisco Mattig de Consultatio.
Cotización de las distintas versiones del dólar en $
“Para los más sofisticados que ya usan fondos de inversión, lo que pasa ahora con la suba es que los fondos T+1 amplían su diferencial de rendimiento para con los fondos de liquidez inmediata, ya que los T+1 tienen muchas letras que ajustan su rendimiento a las tasas más altas. En fin, vale la pena ponerse más finos en la administración de la liquidez”, explicó.
Cualquier administradora de fondos suele ofrecer esas dos opciones. Son de los fondos más fáciles de encontrar e, incluso, los propios bancos suelen ofrecer esa opción y hacerla accesible con un par de clicks desde el home banking.
En tercer lugar, entonces, queda ver qué otros instrumentos a tasa en pesos se vuelven algo más atractivos como resultado de la suba de tasas. Pero los especialistas aseguran que, por lo pequeño de la suba de la tasa, las alternativas no lucen tan atractivas.
“Para un inversor conservador todavía los bonos CER parecen mejor opción que la tasa en pesos. Por lo menos un TX23, un TX24 que ya te da un punto de tasa por sobre la inflación, parecen la mejor alternativa. Después, si ya empezás a jugártela por la tasa es ir a un bono Badlar que si llega a subir de nuevo la tasa me va a beneficiar”, dijo José Bano de IOL.
“Muchos miran el TO23 que es un bono a tasa fija que está un poco desarbitrado, pero es jugársela. No una apuesta conservadora”, agregó.
Mientras tanto, el hecho de que los rendimientos sigan corriendo de atrás a la inflación hace que la recomendación por cobertura contra la suba de los precios al consumidor también pese a la hora de pensar en depósitos bancarios.
“Mientras las tasas corran por detrás de la inflación, no me movería de lo que tenga ajuste UVA o CER”, dijo Giselle Colasurdo, youtuber financiera y especialista en el mercado de capitales.
“Yo no saldría de lo que ajuste por inflación hasta que las tasas no me garanticen como mínimo mantener el poder de compra. Después, no se si tiene mucho que ver con la suba de tasas (que igual algo impacta) es la caída del contado con liquidación. Creo que no hay que soslayar que viene bajando bastante y que puede genera un punto de entrada atractivo para la dolarización, quizás la de más largo plazo como los cedear”, agregó.
En ese sentido, entonces, el plazo fijo UVA aparece como una opción más recomendada que el tradicional a 30 días. Claro que para percibir el pleno rendimiento del índice UVA el plazo mínimo para inmovilizar el dinero es de 90 días, a diferencia de lo que pasa con el depósito clásico a un mes.
Pero además de aprovechar la tasa, el cambio en los rendimientos en pesos también permite otras estrategias indirectas.
Los dólares alternativos
Los dólares financieros, como el MEP y el contado con liquidación, viven semanas de retroceso. En parte por la aceleración de la suba del dólar oficial que ayuda a achicar la brecha cambiaria, en parte -quizás- por los movimientos del Banco Central en dirección a una mayor tasa en pesos y en parte, también, por las expectativas de que haya alguna clase de acuerdo con el FMI que mejore al menos en términos relativos el frente financiero.
“Aunque no esté del todo claro que sea resultado de la suba de tasas, algo que se está dando es la caída del dólar contado con liquidación. Creo que no hay que soslayar que viene cayendo bastante y que puede genera un punto de entrada atractivo para la dolarizacion, quizás la de más largo plazo como los Cedears”, concluyó Mattig.
Fuente: Infobae.