Tener una certera información es crucial para tomar decisiones correctas.
Si les pregunto a un grupo de emprendedores qué es necesario para comenzar un proyecto seguramente respondan, entre otras cosas, que se necesita tener una idea original. Además de un producto innovador, dinero, voluntad, capacidad, perseverancia, contactos. La mayoría ignoraría, al menos al principio, la importancia de saber gestionar y analizar los costos que conlleva el proyecto. Este primer paso se presenta como un momento o punto en el que si no se piensa bien, será muy difícil seguir avanzando.
Históricamente se creía que los costos servían para valorizar los inventarios y armar balances. También se decía que servían para fijar precios por la idea de que el costo más un porcentaje de ganancia da como resultado el precio de un producto o servicio.
Sin embargo, la contabilidad de costos es una herramienta que sirve esencialmente para tomar decisiones. Será fundamental contar con un esquema de costos confiable, ya que, para tomar decisiones correctas, se necesitará que la información obtenida sea certera y confiable.
Es interesante que el emprendedor se cuestione, qué relación hay entre los costos y el precio. Un error muy común a la hora de fijar precios es considerar el costo y sumarle un porcentaje de ganancia. Si realmente fuera tan matemático, prácticamente ninguna empresa perdería dinero. En realidad, la fijación de precios viene dada por el mercado y la información de costos nos marca un parámetro por debajo del cual el precio no debería ubicarse.
Es verdad también que muchas veces, por distintas estrategias de mercado, se decide vender por debajo del costo. Esa estrategia debería ser considerada como una inversión para lograr penetrar el mercado, pero, de todas formas, llegará un momento en donde habrá que vender por arriba del costo para ganar dinero.
Otra relación fundamental que el emprendedor debería considerar es la que existe entre los costos y productividad. La productividad es la relación entre el producto obtenido y cuánto se consumió para obtenerlo. Al incrementar la productividad, se estarán mejorando los costos. Si se logra obtener más productos al mismo costo, se ha sido más eficiente, y por lo tanto el costo unitario habría disminuido. El mayor desafío de cualquier persona de negocio será obtener mayor productividad sobre cada uno de los recursos consumidos.
También es importante saber clasificar los costos y para eso es fundamental saber qué criterio utilizar. Comúnmente se suele discriminar los costos entre fijos y variables. Dentro de esta misma clasificación deberíamos incluir a los costos semifijos y los costos mixtos.
Los costos fijos son aquellos costos que, aunque cambie el volumen de producción, tienden a mantenerse estables e inalterables. Los costos variables son aquellos que aumentan cuando crece la cantidad producida. Por su parte, los semifijos son aquellos que se alteran cuando lo que cambia no es el volumen de actividad, sino el volumen de trabajo. En este caso sería el costo aumenta a mayor cantidad de horas trabajadas. Por último, los costos mixtos son aquellos que tienen parte de su comportamiento como fijo y parte variable.
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Una clasificación más específica depende de la asignación a los productos o hacia las etapas de fabricación. Un costo será directo cuando lo puedo asignar con precisión hacia un producto o una etapa del proceso productivo. Por lo tanto, un costo será indirecto cuando es necesario distribuirlo a más de un producto. Por lo general es muy sencillo asignar los costos directos mientras que para los indirectos hay que buscar un criterio lógico que me permita distribuirlos y asignarlos correctamente.
Estos conceptos implican una forma particular de definir los pilares del emprendimiento, sabiendo que cuanto mejor sea el cálculo de costos, más confiable y certera será la información que se obtenga al final para tomar mejores decisiones. Es muy difícil tomar decisiones correctas sin buena información.