Las grandes operadoras evalúan cómo aplicar el incremento del 5% retroactivo al 1° de julio que Enacom autorizó en los planes. Buscan recuperar caja tras un 2020 en el que la recesión y el congelamiento de las tarifas impactaron en la industria, con una caída significativa de los ingresos.
El aumento del 5% retroactivo al 1° de julio que el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) autorizó en los servicios de telefonía fija, Internet y televisión por cable les permite a las empresas ajustar sus planes en las modalidades pospagas y mixtas, tomando como referencia los precios vigentes.
Aunque todavía las operadoras no determinaron cómo aplicarán los incrementos, significa una oportunidad para recuperar caja, en un contexto en el que la recesión y el congelamiento de tarifas impactó en sus balances, con caídas de sus ingresos. Condicionado por las regulaciones del Gobierno, producto de la aplicación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 690 que declaró al servicio como esencial y alcanzó a 1200 empresas, el sector busca recomponer su rentabilidad.
Como consecuencia del coronavirus, desde mayo de 2020, los cuadros tarifarios estuvieron congelados, hasta que en diciembre se aprobó la primera suba. Las empresas informaron a sus clientes aumentos del 20%. Pero, a fin de ese mes, el Enacom autorizó solo un 5 por ciento.
A partir de entonces, se inició la batalla judicial por ese 15%. En abril, Telecom Argentina logró un fallo favorable que dio lugar a la apelación interpuesta por la sociedad -que comparte accionistas controlantes con el Grupo Clarín- contra el decreto presidencial y su inaplicabilidad por seis meses. La compañía recibió la potestad para aplicar aumentos y en junio dispuso un ajuste del 10% en la mayoría de sus productos.
Lo mismo ocurrió con DirecTV y otras firmas nucleadas en la Asociación Argentina de Televisión por Cable (ATVC) por una medida que en un juzgado federal de Córdoba la entidad obtuvo a su favor, y extendió a sus afiliadas, como consecuencia de una de las cautelares que ya había logrado Telecom.
Por su parte, Movistar, del grupo español Telefónica, informó a sus abonados “adecuaciones” del 8% en sus precios para mayo y del 7% para junio, lo que desató la tensión con el Gobierno, ya que los ajustes estuvieron por fuera de lo que la empresa había acordado con el Enacom. Claro siguió un camino similar.
Independientemente de cada caso particular, el retoque de los importes apunta a compensar la contracción de los ingresos, ya que el lanzamiento de planes “inclusivos” y promociones no alcanzan para revertir los resultados. Los datos demuestran la crisis del sector.
Telecom Argentina registró una pérdida neta de $ 5104 millones en 2020, según su informe de resultados financieros. Fue un 3,6% menor a la de 2019, ya que, según aclaró, se debió a “menores cargos en el Impuesto a las Ganancias, parcialmente compensados por mayores pérdidas originadas por resultados financieros netos”. En ese sentido, la deuda financiera neta creció un 3% en el año y alcanzó los $ 175.004 millones.
Cayeron las ventas por servicios (un 6,5% interanual y totalizaron $ 301.596 millones) y equipos (significaron $ 17.602 millones, $ 2054 millones menos versus 2019), al igual que la proporción de usuarios en algunos verticales de negocio. El segmento de telefonía celular de Personal perdió 499.000 abonados en el último año. Representó una baja del 2,6% de clientes.
Por el contrario, los abonados de televisión por cable de Cablevisión totalizaron 3,5 millones en el mismo período: se sumaron 26.000, un 0,7% más que el año anterior; mientras que los accesos de banda ancha por Fibertel alcanzaron a 4,1 millones de personas, con 23.000 nuevos usuarios (un 0,6% más). La suba se explica, en buena medida, por el contexto que impulsó la demanda de servicios de conectividad fija e Internet, debido a la mayor permanencia en los hogares y el teletrabajo.
Un dato a tener en cuenta es el ingreso promedio mensual por cliente (ARPU, por sus siglas en inglés): resultó de $ 436,2, un 1% más que en 2019, en un año en el que la inflación oficial fue del 36,1%.
En los primeros tres meses del año, la compañía obtuvo ganancias por $ 9012 millones. Pero la rentabilidad se explica por un retraso cambiario que evitó el impacto de la pérdida de resultados, por la revaluación de la deuda en dólares, al igual que en el primer trimestre de 2020, cuando tuvo ganancias por $ 3767 millones.
En este escenario, puso en marcha un programa de reducción de costos a partir de eficiencias operativas. Entre enero y marzo, logró bajar un 3,1% su deuda financiera neta en términos reales, a $ 185.425 millones.
También, lanzó nuevos productos para contrarrestar la caída, como hicieron cableoperadoras del interior, que se reconvirtieron para ofrecer Internet y más servicios. En el segmento corporativo, FiberCorp desarrolló iniciativas para aumentar la productividad de las empresas.
Como parte de un acuerdo comercial con IBM, se anunciaron dos propuestas: Security Guardium, una tecnología de seguridad de datos, y Security Trusteer, de detección de fraude. Además, presentó la solución Colaboración, que proporciona servicios integrados de telefonía, chat, reuniones y pantallas compartidas desde un mismo lugar.
Por otro lado, los ingresos del grupo español Telefónica bajaron un 11% a nivel global en 2020, a 43.076 millones de euros (alrededor de $ 4890 billones, de acuerdo a la cotización de la fecha), según su reporte anual. La empresa precisó que las pérdidas por deterioro y venta de activos implicaron 935 millones de euros (aproximadamente $ 106.162 millones), asociadas principalmente a la filial argentina, con 894 millones de euros (cerca de $ 101.507 millones).
A su vez, detalló que “el deterioro del fondo de comercio de Telefónica Argentina” impactó en el resultado operativo antes de amortizaciones, que fue de 3751 millones de euros en el cuarto trimestre (equivalente a $ 426.007 millones).
Los ingresos en la Argentina por negocios se contrajeron un 19,6% interanual: pasaron de 2163 millones de euros (aproximadamente $ 245.594 millones) a 1738 millones ($ 197.338 millones), mientras que los relativos a terminales se desplomaron un 9,3%, de 237 millones de euros ($ 26.916 millones) a 215 millones ($ 24.417 millones). El resultado operativo antes de amortizaciones (Oibda) en el país se redujo un 51,3%, de 2033 millones de euros ($ 230.833 millones) a 990 millones ($ 112.407 millones).
En tanto, Claro -perteneciente al grupo mexicano América Móvil, la firma del empresario Carlos Slim- disminuyó la facturación durante 2020 en la Argentina por servicios de voz fija y móvil, y redes empresariales “como resultado del entorno adverso y el deterioro de la situación económica, contrarrestada parcialmente por un crecimiento en los servicios de banda ancha”, explicó en su reporte anual. El ingreso promedio mensual por cliente (ARPU) subió un 24,2%, a $ 378, y se ubicó por debajo de la inflación.
En el segundo trimestre de este año, sumó 777.000 nuevos suscriptores móviles de prepago y 93.000 de pospago, 62.000 accesos de banda ancha, 20.000 clientes de TV paga y 59.000 líneas fijas. Sin embargo, los ingresos por estos servicios bajaron un 12,7% contra el mismo trimestre de 2020 y representaron $ 29.535 millones. Los ingresos totales en ese período bajaron un 7,2%. Pasaron de $ 38.600 a $ 35.820. El Ebitda cayó un 3,3% en términos reales, a $ 14.222 millones.
INVERSIONES
La recuperación de los ingresos de las telco es clave para continuar los planes de inversión, tendientes a expandir la red de servicios y ofrecer una mejor experiencia a los clientes. En este sentido, las tarifas congeladas fueron una limitante para el sector, que espera obtener un “alivio” con los próximos aumentos.
El propio CEO de Telecom, Roberto Nobile, señaló públicamente, tras la publicación del DNU el año pasado, que inversiones por más de u$s 500 millones entrarían en un compás de espera. No obstante, desde la compañía aclararon que la inversión no se detuvo y se amplió a u$s 600 millones. Se concretará en lo que resta del año, enfocada en redes y sistemas.
En 2020, los desembolsos de la empresa implicaron $ 66.750 millones, un monto un 30,8% inferior que en 2019, equivalente al 22% de sus ventas consolidadas. La compañía emitió varias obligaciones negociables (ON) para reestructurar el vencimiento de su deuda y solicitó préstamos bancarios para financiar sus proyectos.
Al igual que para Telecom, para Movistar y Claro poder ajustar las tarifas es fundamental, dado los planes de inversión que anunciaron recientemente. Mientras que la primera puso u$s 1200 millones en una prueba de la primera red de comunicación móvil 5G de la región basada en tecnología Open RAN, la segunda comunicó que inyectará u$s 250 millones para mejorar la calidad de sus prestaciones, con la extensión de su red de telefonía celular y conexión de fibra óptica.
Fuente: El Cronista