El jefe de Estado e Ilan Goldfajn tratarán los posibles créditos puente que podría conceder el organismo multilateral para unificar el tipo de cambio.
En este contexto, y asumiendo que Milei considera a Estados Unidos su socio estratégico, la reunión con Goldfajn debería servir para abrir un puñado de alternativas destinadas a fortalecer el programa económico del gobierno.
El presidente y su ministro de Economía, Luis Caputo, asumen que necesitan una mayor cantidad de reservas del Banco Central para unificar los tipos de cambio y contener un eventual conflicto con Beijing por el swap con China. Y el BID, durante la administración de Alberto Fernández, exhibió sus reflejos políticos para estar en la primera línea de fuego.
Milei calculó que necesita 15.000 millones de dólares para unificar los mercados y frenar un eventual ataque especulativo, y el BID junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), la CAF y el Banco Mundial (BM) aparecen en su hoja de ruta como sus principales aportantes institucionales. Se trata de un trabajo silencioso y complejo que siempre necesitará del apoyo político de la Casa Blanca. El cónclave que Milei ahora protagoniza con Goldfajn apunta hacia esa dirección.