El ministro Toto Caputo observa con desesperación la posibilidad de que se caiga el swap y Argentina entre en default con China ante la decisión del presidente Milei, de anunciar este domingo que comprará los cazas que necesita la Fuerza Aérea a Dinamarca, en una operación propiciada por Estados Unidos para impedir que se concrete la compra de aviones a China, que el gobierno de Alberto Fernández dejó muy avanzada.
La decisión amenaza con ser la gota que rebalse la paciencia de China, que ante las agresivas declaraciones de Milei en la campaña y los coqueteos con Taiwan de la canciller Diana Mondino, decidió poner en suspenso el último tramo del swap de 5.000 millones de dólare.
Ahora, la potencia asiática analiza ir un paso más alla, dar de baja todo el swap y exigir el pago inmediato de los 5.000 millones usados por Sergio Massa. Además la caída del swap con China podría implicar que las reservas de la Argentina caigan unos 18 mil millones de dólares.
La crisis la disparó la decisión de Milei de comprarle a Dinamarca 24 aviones J16, a pesar de que Beijing había ofrecido al país durante el gobierno de Alberto Fernández 34 aviones de guerra JF17.
Durante el año pasado, se desató una polémica porque la flota aerea que el Departamento de Estado norteamericano pretende que adquiera Argentina es obsoleta e inofensiva. “No tiene ni misiles”, decían desde el entorno de Jorge Taiana, apreciación admitida por miembros de la propia Fuerza Aérea.
La persistencia estadounidense para que Milei acepte comprar esos aviones reside en la convergencia geopolítica de Washington con el gobierno del Reino Unido. Desde la guerra de Malvinas, Inglaterra logró impedir que los países europeos vendan a la Argentina armas de potencia real, como los misiles. Estados Unidos respalda esa política.
Pero la preocupación central de Caputo pasa por el frente financiero. La definición política de Milei terminaría de consumir la paciencia del gobierno chino, justo cuando Caputo tiene que afrontar vencimientos por varios miles de millones de dólares. El ministro espera con desesperación la reunión del directorio del FMI de este miércoles que podría destrabar el envío de los 4.700 millones de dólares acordados.
El problema es que si al mismo tiempo China da de baja el swap y exige el pago de los 5.000 millones utilizados, Caputo no tiene manera de cumplir con ese compromiso y entraría en default con la potencia asiática, que llegado el extremo podría embargar exportaciones argentinas.
En Economía esa posibilidad cayó como una bomba porque el ministro venía trabajando para reactivar el swap y poder hacer el mismo rulo que había logrado Massa, cuando recurría a los yuanes de China para pagar vencimientos y hasta combustible, mientras esperaba que llegaran los dólares del FMI.
Caputo no dispone de esa herramienta porque, desde que asumió, Milei se dedicó a atacar a China adosándole el calificativo de “comunista”, la canciller Diana Mondino recibió a principios de enero al representante comercial de Taiwán, Miao-Hung Hsie, profundizando el problema diplomático entre Argentina y la nación asiática.
El escándalo fue tan grande que China amagó con dejar de comprar soja y carne argentinas. Finalmente, Mondino debió retroceder y ratificó el principio de “una sola China”.
El tramo del swap que podría utilizar Caputo permanecía hasta ahora suspendido, bajo la atenta mirada de Beijing sobre la deriva de la administración libertaria. Si la relación con China termina de romperse y exige el pago del swap, el famoso equilibrio fiscal que Milei prometió para este año podría volverse una meta inalcanzable.