El economista y especialista en finanzas analizó en Inversor Digital las posibilidades que se abren en los mercados del mundo ante la invasión rusa a Ucrania. Qué pasará con el sector productivo y qué prevé para el futuro cercano del segmento.
– ¿Cómo afecta la invasión rusa a Ucrania a la economía argentina en particular?
– En el contexto geopolítico hay que entender que las relaciones que se dan entre la economía y la política están muy entrelazadas. Tenemos a Rusia y su anhelo de volver a ser ese imperio que fue en la época de los zares, y tiene un plan sistemático para reconquistar esos países que pertenecieron a lo que fue la URSS.
En ese marco hay una evidente alianza implícita con China, para hacer cierto contrapeso a los Estados Unidos. China está dejando que Rusia avance y generar ese efecto de desgaste en el largo plazo, para salir más fortalecida en su posición para negociar.
– ¿Qué está sucediendo con los precios de los commodities?
– Nosotros venimos de una fuerte expansión monetaria generada por los bancos centrales, tanto el Banco Central Europeo, como la Reserva Federal de los Estados Unidos, que son los actores de mayor peso mundial. También en el ámbito local se adoptaron las mismas medidas. Lo cual tiene un claro efecto en los precios de las materias primas…. Por citar algunos ejemplos: en el 2020 teníamos una soja que valía U$D 250, y este viernes la cotización en Chicago ya pasó la barrera de los U$D 600. En el caso del petróleo, el año pasado estaba en 50 dólares el barril OPEP, hoy ya subió a 100 dólares. Lo mismo sucede con el gas natural, que ya lleva una suba del 30% en lo que va de 2021.
– ¿Es una buena oportunidad para Argentina?
– En líneas generales es muy positivo para los países emergentes, como lo es Argentina. Esto, siempre y cuando tengamos la capacidad productiva para poder abastecer esas demandas.
Hoy estamos con muchas regulaciones locales para poder exportar y para importar. Eso a veces imposibilita aprovechar la situación internacional que no es solo en el corto plazo.
Aunque la Reserva Federal y el Banco Europeo dicen que va a haber drástica caída en la inflación, si uno mira los balances de los bancos centrales sus pasivos y la emisión monetaria siguen aumentando. Entonces, difícilmente este contexto de aumento de las materias primas termine dentro de poco.
– Entonces, ¿es favorable el contexto global?
– Veo muy positivo el contexto global y el largo plazo para el país, en el corto plazo genera miedo en los inversores (además de todas las calamidades de una guerra). Prueba de ello es que en estos días ya aumentó el precio del oro, si bien es una de las materias primas que viene más retrasada en la actualización de su valor; no obstante, fue históricamente un refugio de valor.
Así es que vimos que la cotización del oro se empezó a mover y ya está cerca de los U$D 1900. A mí me parece que está muy atrasado, de todas maneras.
Este contexto a la Argentina le viene muy bien, a pesar de la grave sequía que estamos teniendo hace más de dos años. Prácticamente, el aumento en los precios va a compensar la caída en las cantidades producidas.
Las previsiones estiman que la campaña de granos cierre en unos U$D 39 mil millones, y se estiman que unas 700000 hectáreas se van a perder totalmente en el país producto de la sequía.
– ¿Qué efecto tendrá la prolongada sequía para el sector productivo?
– Sin dudas que la contingencia climática va a tener sus efectos a mediano y largo plazo en algunos sectores de la economía argentina. Por ejemplo: Corrientes es la cuarta productora de ganado del país, por la sequía muchos animales ya murieron y otros tantos no van a sobrevivir porque no tiene para comer y tomar, sumado a las altas temperaturas. Entonces se va a reducir el stock en lo inmediato.
Otra situación que al haber menos cantidades producidas de granos va a impactar en los costos del feedlot (engorde). Seguramente esto va a arrastrar nuevos aumentos en el precio de la carne en el mercado local.
Si lo medimos en dólares, hay algunos productos que tienen un comportamiento estable. En el caso de la carne eso no pasa, también subió de precio a nivel internacional y se cotiza en esa moneda.
En la Argentina hubo muchas restricciones para la producción, lo que trajo aparejado que el mercado avance hacia otras opciones, como ser el cerdo, pollo o pescad, buscando alternativas.
– Suben el precio del maíz, la soja y el trigo en el plano internacional… ¿Se viene un repunte para el sector productivo?
– Si bien en la mirada de los mercados internacionales la Argentina tiene precios competitivos, no pasa lo mismo en el ámbito local. Ahí estamos complicados, hay cepos cada vez más ajustados para el sector del agro.
No hay incentivo para exportar si el dólar libre está a $210 y el oficial a $110. Además, de entrada, hay que sumarle las retenciones, el 30% va para el estado y después de eso hay que tributar ganancias.
Entonces, el productor se queda con una parte muy chica, aun a pesar de eso sigue apostando por el campo y por la producción nacional.
– Ante el actual escenario bélico… ¿Subirá el precio del gas en Europa? ¿Influye en las determinaciones militares de los países que la componen?
– Gran parte de Europa es abastecida por Rusia a través de gasoductos. Ese continente está en plena transición energética, porque está pasando de la generación de energía través de combustibles fósiles y de la energía nuclear, hacia una energía más verde. En ese marco aumentaron fuerte la demanda de gas natural a Rusia, sumado a los bajos niveles de inversión en defensa del viejo continente ya que se “recostaron” durante muchos años en la seguridad que les brindaría la OTAN.
Todo esto lleva a que tengan una fuerte dependencia económica que se refleja en la mesura de acciones concretas a la hora de actuar frente a la invasión que hizo Rusia en Ucrania.
– ¿Cómo está Argentina en cuanto a las obligaciones externas y los temas domésticos a resolver?
– Internamente y en el corto plazo hay que hacer frente a las obligaciones de la deuda con el FMI. Algunos estiman que en este momento hay reservas negativas, lo que es igual que decir que el BCRA esté ocupando los depósitos en dólares de los ahorristas.
El plano monetario local es muy delicado, está atado con alambre. El Ministerio de Economía hace periódicamente licitación de deudas en pesos, o sea cada vez trata de sacar más pesos. Hay un riesgo ahí de que eso se transforme en una bola de nieve.
No habría problemas con la deuda en pesos, porque es la moneda que tenemos. Ahora, si tendrías que emitir para pagar esa deuda, eso se traslada a precios y entonces el que te prestó pesos hace dos años, hoy va a percibir en términos reales menos de la mitad. Entonces, el peso va a perder aún más su valor.
Pese a todo esto, creo que el plano internacional es muy favorable para la Argentina. Tenemos que arreglar nuestras cuestiones de estrategias geopolíticas, ver con quiénes nos aliamos.
Creo que está relacionada la estrategia geopolítica con los resultados económicos a corto plazo que podamos tener. Ya que Estados Unidos es el país que mayor peso tiene en el Fondo Monetario Internacional y estamos negociando la posibilidad de que nos den una financiación de la deuda que tomó el gobierno anterior, en ese sentido estamos caminando en un camino muy estrecho.
– ¿Qué les vende Argentina a los países en conflicto bélico?
– Tanto Rusia como Ucrania tiene una estructura productiva muy similar a la de nuestro país. En un sentido estricto Argentina no le vende nada a estas naciones, lo que podríamos captar son los mercados que ellos le dejan de vender al mundo por estar en esta contienda.
Por ejemplo: Ucrania produce trigo, girasol y otros granos. Si su producción baja podríamos colocar más productor en el mercado internacional. Los precios de las materias primas van a aumentar y eso es muy beneficioso para nosotros.
En el caso de Rusia, que exporta gas y petróleo, esos productos aumentan de precio. Nosotros en Argentina tenemos muchas restricciones en el mercado energético, lo que hace difícil que la oferta se acomode para responder a la demanda local e internacional. Necesitaríamos desregular ese mercado para aprovechar esta coyuntura, obviamente que eso se va a traducir en aumentos de tarifas.
Para dar un ejemplo: hace mucho tiempo pagamos $100 el litro de nafta. El petróleo estaba U$D 50 el año pasado, hoy está a $U$D 100, con lo que se ve que estamos totalmente desligados del movimiento del mercado internacional.
Viéndolo desde el punto de vista del consumidor es un cuadro estable, en cambio, si los precios se ajustaran en un mercado de acuerdo a los movimientos de la oferta y la demanda se daría algo más justo; que es pagar más caro cuando escasea y pagar más barato cuando hay sobreoferta.
– ¿Qué sucede cuando los exportadores quieren liquidar los dólares?
– Como el Banco Central no tiene ninguna limitación para emitir, tampoco el Tesoro lo tiene. Es una práctica bastante habitual que cuando a esta entidad le falta caja recure al BCRA, lo que constituye uno de los factores que explican la inflación.
Por otra parte, los exportadores no liquidan sus divisas en el mercado libre cambiario, sino que le tienen que vender al BCRA, entonces el banco emite más pesos para juntar reservas. Por eso se vio que en la mejor época para los commodities, desde 2002 y hasta el 2011 empezamos a tener una inflación superior al 15%. ¿Por qué? Porque el BCRA juntaba reservas, pero para hacerlo emitía muchos pesos, no permitía que los productores liquiden esas divisas en un mercado libre.
Al estar obligados a venderle únicamente al Banco Central se genera otro problema, que es la escasez de dólares. Lo cual en realidad no existe, el que no tiene dólares es el Gobierno, ya que los argentinos somos unos de los más grandes compradores de dólares del mundo.
– ¿Cree que el productor va a seguir apostando al campo?
– Creo que el Gobierno va a aprovechar esta oportunidad y se va a notar en la economía. Lo que sí creo es que en lugar de crecer a una tasa China, del 10% el año que viene, quizás tengamos una tasa del 5% porque las condiciones no son las mejores ni para el producto ni para la gente de a pie. Hoy tenemos un Estado quebrado que se quiere llevar gran parte de lo que hay en la mesa.
La ganancia se transforma en ahorro y el ahorro en inversión. Si no hay ahorro no hay inversión, y eso es lo que pasa en la economía argentina. Tenemos muy bajos niveles de ahorro e inversión porque tenemos un Estado que gasta mucho periódicamente, entonces nuestra senda de crecimiento va a ser muy baja comparado con lo que pueden hacer otros países vecinos.
No obstante, creo que se la gente va a aprovechar sus recursos, el productor va a seguir produciendo y va a ganar más en la medida en que los precios internacionales suban.
Por Marcelo López.