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Los Simpsons y las pymes familiares

Por Sebastián Latashen

Sebastián Latashen

Consultor pyme en EEUU y toda Latinoamérica, profesor en la UBA (Buenos Aires) y la UCP (Corrientes). Fue coordinador de empresas familiares y docente en la UADE.

“Yo estaba en onda, pero luego cambiaron la onda. Ahora la onda que traigo no es onda, y la onda de onda me parece muy mala onda. ¡Y te va a pasar a ti!”

La frase pertenece al abuelo de Los Simpson, una serie animada, creada por Matt Groening en el año 1989 y en circulación televisiva desde entonces. La tira es una sátira de la sociedad occidental y narra la vida de una familia tipo de clase media. Durante sus 32 temporadas podemos ver escenas cotidianas y típicas de conflictos propios de la vida hogareña con las cuales muchas veces es fácil identificarse, ya que en el seno doméstico suelen tener lugar desencuentros y malentendidos.

Ahora bien… ¿Qué pasaría si a estos vericuetos le añadiésemos los problemas y contrariedades de una empresa?

Es menester plantearse esta pregunta dado que, del total de firmas que existen en nuestro país, el 90% son familiares. De hecho, estas mueven el 70% del empleo privado y generan el 68% del PBI. Sin embargo, apenas el 4% sobrevive a la tercera generación y solo el 1% a la cuarta, según datos del Club Argentina de Negocios de Familia (Canf). Lo antedicho evidencia lo expuesto por el abuelo Simpson al principio de esta nota. Es decir, las empresas se topan dificultades de adaptación en las diferencias generacionales.

Los Simpsons y las pymes familiares
Sebastian Latashen. Foto: Spruced Creative.

Asimismo, puede verse que globalmente las empresas familiares tienen un fuerte impacto en la economía de los países por la generación de empleo, riqueza y producción de cada región. De todas formas, si compartir el apellido es más la norma que la excepción, de por sí, trabajar entre parientes no es una ventaja competitiva. Es más, paradójicamente, puede ser la causa de la salida de un negocio del mercado.

Cabe recordar que con ventaja competitiva nos referimos a una cualidad que permite acceder a una variedad de mercados, realizar una contribución significativa al cliente, ser difícil de imitar por el competidor, entre otras.

No obstante, aun cuando ser una empresa familiar no te garantiza tener alguna de esas características, no son pocos los líderes que sostienen que lo que hace valiosas y únicas a sus compañías son sus vínculos íntimos y el hecho de que los usuarios valoran comprar a una entidad familiar. De más está aclarar que estas premisas no encuentran sustrato en ningún estudio o análisis.

Muy por el contrario, si las pymes en general se caracterizan por la informalidad, poder concentrado y falta de profesionalización, estas debilidades tienden a profundizarse si la organización además está conformada por socios que a su vez poseen lazos sanguíneos. De todas maneras, acá va el consuelo de tontos: es más probable que los propios competidores estén en las mismas condiciones.

Volvamos a la familia más conocida de la televisión: en el episodio 28 de la segunda temporada, podemos ver como Homero conoce a su medio hermano Herb. Este, multimillonario fundador de una fábrica de automóviles, le ofrece al personaje principal de la serie que diseñe un coche. El resultado es el “Homeromóvil”, un prototipo bastante estrafalario que no podría vendérsele a nadie. Como consecuencia, somos testigos de la quiebra del empresario que se ve forzado a vender su firma cayendo definitivamente en la pobreza.

Los Simpsons y las pymes familiares
Los Simpsons y las pymes familiares.

Por fortuna, existe un modo de sacar provecho de las prerrogativas que ofrece trabajar en clan para que no ocurra lo que les sucedió a los hermanos amarillos. Este es teniendo al verbo ANTICIPAR como bandera y escudo tanto del linaje como de la empresa.

En efecto, prever eventos corrientes del ámbito privado (viajes, nacimientos, reuniones) y empresariales (cuestiones estrategias del negocio, toma de decisiones y roles); definir las condiciones de incorporación de parientes; establecer un plan sucesorio o ponerse de acuerdo en la remuneración de cada miembro afín, puede evitar la aparición de dolores de cabeza innecesarios en el futuro.

Pero… ¿Cómo llevarlo a la práctica? Los caminos son tan diversos como las genealogías. Implica necesariamente recurrir a reuniones programadas en el ámbito organizacional entre los propietarios, bajo la intervención y asesoría de los profesionales competentes como los consultores, a fin de construir un protocolo y, lo más importante, el compromiso de los miembros de la familia con los valores, filosofía y visión de la firma.

Y…¿Cuándo hacerlo? Como dice un proverbio chino: “El mejor momento para plantar un árbol fue hace veinte años. El segundo mejor momento es ahora”. Por ello, lo ideal sería intentarlo en los orígenes del proyecto, pero si el negocio ya está en marcha, aun así, siempre será una buena oportunidad para empezar a pensar a futuro.

Para finalizar, y a fin de evitar sentir por la propia firma lo mismo que Homero por sus hijos cuando dijo: “he llegado a odiar mi propia creación, ahora sé cómo se siente Dios”. Lo invito, estimado empresario pyme, a tomar los consejos de este artículo para crear verdaderas posibilidades de acceder a nuevos mercados, ser más valorado por el cliente y poder diferenciarse de los competidores con su empresa familiar. Ya lo dijo el gurú Peter Drucker, “La mejor manera de predecir el futuro es crearlo”.

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