Los mercados emergentes atravesaron un año difícil: suspensión de pagos, problemas con divisas y pérdidas de dos dígitos tanto en acciones como en bonos.
Han sido 12 meses difíciles para los mercados emergentes, en los que más gobiernos han caído en suspensión de pagos, las divisas se han resentido y se han registrado pérdidas de dos dígitos tanto en acciones como en bonos, aunque muchos inversores son optimistas y creen que 2023 podría traer algo de alivio, según pudo relevar Reuters.
En el mismo sentido se había expresado una encuesta muy seguida de HSBC de mediados de mes que mostró que la proporción de inversores optimistas sobre los activos de los mercados emergentes se ha duplicado en los últimos tres meses, hasta el punto de que los “alcistas” superan ahora a los “bajistas” por primera vez en casi un año y medio.
Según el relevamiento de Reuters, se alinean una serie de acontecimientos y tendencias que configuran un escenario prometedor para los emergentes para el año próximo.
Tasas altos, crecimiento bajo
La desaceleración del ritmo de subidas de las tasas de interés en Estado Unidos y otras grandes economías podría sentar las bases para una recuperación de los mercados emergentes en 2023, con un dólar más débil y una inflación a la baja que proporcionarían un alivio muy buscado.
Se espera que las economías en desarrollo se aferren a su diferencial de crecimiento con respecto a sus homólogas desarrolladas, pero los temores de recesión en Estados Unidos y Europa están arrojando una sombra sobre los mercados mundiales en general, especialmente en el primer semestre del año.
“Las recesiones económicas, junto con el agresivo endurecimiento monetario y las perturbaciones geopolíticas y de las materias primas que las inducen, serán temporalmente dolorosas en los mercados financieros y emergentes”, afirmó David Folkerts-Landau,economista jefe de grupo de Deutsche Bank.
“La recuperación podría retrasarse si los bancos centrales emergentes carecen de margen para bajar las tasas de interés durante la mayor parte del año”.
Reapertura de China
La reapertura de China tras sus confinamientos por el COVID-19 será accidentada, pero al representar casi una quinta parte del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, la perspectiva de un fuerte repunte en un momento de lento crecimiento mundial es tentadora.
Los analistas prevén un fuerte repunte del consumo y la inversión en la segunda economía mundial a partir de mediados de 2023.
“Si nos fijamos en la tasa de ahorro de China en estos momentos, es muy elevada”, afirma Erik Zipf, responsable de renta variable de mercados emergentes de DuPont Capital. “Creemos que eso se va a gastar tan pronto como la gente se sienta cómoda para salir, eso va a proporcionar un viento de cola bastante grande desde una perspectiva económica”.
Guerra en Ucrania
La invasión a Ucrania por parte de Rusia agitó los mercados y la economía mundial, y la forma en que la guerra progrese en 2023 será importante, ya sea una continuación, una escalada o un avance hacia la búsqueda de una resolución.
A escala mundial, la guerra ha transformado los mercados energéticos y las presiones inflacionarias, la seguridad alimentaria y la percepción del riesgo geopolítico, factores que suelen sentirse con mayor intensidad en las economías emergentes. La Europa emergente también ha sentido el impacto humanitario inmediato, desde los movimientos de refugiados hasta la fuga de cerebros de Rusia.
Reestructuración de la deuda
Una lista cada vez mayor de países se encuentra en dificultades de endeudamiento a raíz del Covid-19 y la guerra en Ucrania: Zambia y Etiopía están intentando revisar la carga de la deuda con arreglo al Marco Común del Grupo de los 20. Sri Lanka y Ghana incurrieron en impago en 2022.
Pero una combinación más compleja de acreedores -incluida la aparición de China como principal prestamista bilateral del mundo- en comparación con episodios anteriores de dificultades de la deuda ha hecho que los procedimientos sean lentos y complejos.
“Conseguir que todos canten la misma canción en el mismo tono es todo un reto”, afirmó Tim Samples, profesor asociado de Estudios Jurídicos en el Terry College of Business.
El número de países bloqueados en los mercados de capitales entre las economías más pequeñas y de mayor riesgo está en máximos históricos, aunque podría haber una redención.
“En realidad, no hay mucha deuda que venza el año que viene”, afirma Carmen Altenkirch, analista soberana de mercados emergentes de Aviva Investors. “El país que probablemente corre más riesgo es Pakistán”.
Brasil bajo Lula 2.0
El presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva asumirá el cargo el 1 de enero con los mercados ya buscando señales de un ancla fiscal para controlar el gasto en la mayor economía de América Latina.
Los responsables a cargo de la política monetaria han destacado los riesgos inflacionarios derivados de la propuesta de gasto de 168.000 millones de reales (31.600 millones de dólares) de Lula para cumplir las promesas de campaña.
“Los inversores quieren saber si la relación deuda/PIB en Brasil es explosiva o está bajo presión al alza, si vamos a alcanzar el 100% de deuda/PIB en breve o si podemos estabilizarla en los próximos dos o tres años”, dijo Gordian Kemen, jefe de Estrategia Soberana de Mercados Emergentes (Occidentales) en Standard Chartered Bank.
Elecciones en Turquía
El presidente Tayyip Erdogan podría enfrentarse al mayor desafío político de sus dos décadas en el poder cuando los turcos acudan a las urnas en la votación de más alto perfil de los mercados emergentes.
El país se enfrenta a un aumento del costo de la vida y al desplome de su moneda, con la lira cayendo a mínimos históricos frente al dólar en los últimos días. Años de política monetaria poco ortodoxa han hecho que muchos inversores reduzcan su exposición a los activos del país. Un cambio de liderazgo podría marcar un giro estelar.
“Esta es potencialmente la historia más interesante de 2023, de una manera u otra”, dijo David Hauner, jefe de Mercados Emergentes en Cross-Asset Strategy & Economics, EMEA, Bank of America Global Research.