Las entidades bancarias refuerzan la oferta de alternativas para ganarle a la inflación con rendimientos más atractivos.
La compra de dólares como forma de resguardar los ahorros es un clásico comportamiento de los argentinos. Sin embargo, en los últimos diez años, la divisa estadounidense perdió alrededor del 20% de su valor, según datos del mercado. A eso se suma que la inflación en su país de origen ya pasó la barrera del 5%.
En Argentina, la relativa estabilidad cambiaria del primer semestre hizo que el dólar no resultara tan atractivo en inversiones conservadoras y minoristas. Las cifras demuestran que otras opciones arrojaron mejores resultados.
En lo que va del año, el rendimiento de atesorar dólares en una caja de ahorro o en cualquier otro resguardo, a tasa cero, fue bajo: medido en pesos, entre un 5 y un 24%. Estos porcentajes se encuentran dentro de un rango inferior a la inflación acumulada, de acuerdo a los últimos datos disponibles.
En esta coyuntura, se evidencia la necesidad de repensar la estrategia del armado de la cartera de inversiones. Y se deben buscar herramientas capaces de ganarle a la inflación, mientras la apreciación del billete verde corre por detrás. Entre estas opciones, se potencia la oferta de instrumentos financieros en moneda local que brindan los bancos y las fintechs, con distintos grados de riesgo según el perfil de inversor.
Opciones para ganarle a la inflación
Aunque todavía representan un porcentaje bajo del total de las colocaciones en pesos, ganan espacio los plazos fijos de Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) precancelables, que garantizan un rendimiento igual al índice de precios al consumidor.
En el primer semestre, lse consolidaron como la herramienta de inversión con mayor dinamismo del sistema financiero, de acuerdo al Banco Central.
El valor de un UVA, la moneda indexada diseñada para el ajuste de préstamos hipotecarios y otras financiaciones de largo plazo, pasó de 64 pesos a fines de 2020 a 86 pesos en las últimas semanas, lo que significa un avance del 22%. Pero como la mayor parte de los bancos ofreció una tasa del 1% anual hasta mitad de año, más allá del ajuste por UVA, el rendimiento fue mayor.
El resultado es positivo en un 34%. Por ejemplo, si alguien hubiera invertido 100.000 pesos a final de 2020 en un plazo fijo UVA, y lo hubiera renovado hasta este momento, contaría con 134.000 pesos. Eso es casi 10.000 pesos más de rendimiento en moneda local que lo que ofreció el dólar contado con liquidación en el mismo lapso.
Lo que hay que tener en cuenta es que el UVA enfrenta la restricción de la inmovilización por, al menos, 90 días, a diferencia de quien coloca su dinero en dólares o plazos fijos tradicionales en un lapso menor de tiempo.
“La tasa nominal de los plazos fijos de hasta 100.000 pesos se mantuvo a lo largo del año entre 33,8 y 36,6% anual, equivalente a un 3% mensual. Mientras que la inflación se ubicó por encima. Los plazos fijos de mayores montos, con tasas menores, fueron los que más perdieron. En este sentido, los UVA les ganaron a los tradicionales”, detalló Joaquín Waldman, economista de Ecolatina.
Más alternativas
Otra alternativa que se potencia, con buenos rendimientos, son los bonos CER. Al igual que los plazos fijos, ajustan por inflación, pero la diferencia es que se puede desarmar rápidamente la posición. Además, según el precio al que se compran, la tasa real es mayor o menor. Para invertir en estos instrumentos, hay que tener una cuenta comitente, esto es, una cuenta en una casa de bolsa.
Por otra parte, se encuentran las Letras a Descuento del Tesoro. “Hay que licitar para acceder a ellas o adquirirlas en el mercado secundario. Si se adquieren en la licitación primaria, se desconoce el rendimiento hasta después de la colocación. Pero la evolución histórica demuestra que ofrecieron rendimientos mayores al 36% de los plazos fijos tradicionales”, amplió Joaquín Waldman, economista de Ecolatina.
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También ganan lugar los fondos comunes de inversión, con la posibilidad de venta inmediata y que una persona especializada se haga cargo de su administración. En este sentido, Waldman apuntó que “hay de distintos tipos y muy variados, con diferentes riesgos y rendimientos; pero la ventaja es el plazo menor de rescate, con dinero más líquido que en plazos fijos”.
“Los argentinos que tienen su dinero en el país, generalmente, invierten en tres activos: dólar, plazo fijo y ladrillo. En cuanto al plazo fijo, no vimos ninguna disminución (ni nominal ni real) en los depósitos en estas últimas semanas. Recientemente, muchos empezaron a invertir en CEDEAR que, al ser certificados de acciones del exterior, ya están dolarizados. Salvo aquellos que pertenecen a empresas argentinas que cotizan en el extranjero, no se ven afectados por lo que suceda con las elecciones”, sumó Ignacio Morales, analista de Negocios Financieros en Wise Capital.
Fuente: NBS Bancos y Seguros