A pesar de la desaceleración de la inflación, muchos argentinos se debaten entre “llegar a fin de mes” o “comer todos los días”. En noviembre fue la primera vez que el dato de la Canasta Básica Total (CBT) superó las seis cifras para una familia tipo.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) comunicó ayer que en noviembre una familia tipo (dos adultos con dos hijos en edad escolar) que no paga alquiler precisó generar ingresos por 1.001.466 pesos para no caer en la pobreza. Además, ese mismo núcleo necesitó $439.240 para no ser indigente y poder comer todos los días.
Se trata de la primera vez que el dato de la Canasta Básica Total supera el millón de pesos para una familia tipo. El incremento con respecto al mes anterior fue de 1,5%, mientras que la variación interanual llegó a 156,5% y la acumulada en 2024 fue de 102%.
Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria mostró una suba de 1,1% en noviembre, un 82,5% acumulado en 2024 y un 137,4% interanual.
La Canasta Básica Total (CBT), además de alimentos incluye varios puntos del gasto de los hogares, como indumentaria, salud, transporte o educación, lo que determina la línea de pobreza.
Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) releva solamente bienes de primera necesidad y establece la línea de indigencia.
Para el número oficial que se dio a conocer hoy se tomaron en cuenta familias de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores). Por lo tanto, para grupos de dos, tres o más de cuatro, el número es diferente y debe calcularse de acuerdo a la estimación individual que también da a conocer el INDEC en el mismo informe.
La CBT para un adulto equivalente (la unidad sobre la que se estiman las necesidades de los integrantes de la familia) fue de $ 324.099, mientras que la CBA se ubicó en $ 142.149.
Un hogar de tres miembros precisó $797.284 para no ser pobre y $349.686 para no ser indigente. Para una familia de cinco integrantes, en tanto, la canasta que se utiliza para medir la pobreza fue de $1.053.322 y la que estima la indigencia, $461.983.
En ese sentido, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló, días atrás, que el nivel de pobreza en el último trimestre del año alcanzó al 49,9% de la población, es decir a alrededor de 23 millones de personas. En tanto, la misma medición indicó que el 65,5 por ciento de los niños en Argentina viven en situación de pobreza.
Los números demuestran que los niveles se encuentran por encima de la comparación interanual (44,7 por ciento de 2023) y dan cuenta de que la mitad de la población argentina se encuentra sumida en la pobreza, con salarios de hambre, necesidades básicas insatisfechas e imposibilidad de cubrir los gastos que demanda una canasta básica.
Ahora podés calcular tu propia inflación
En pleno furor oficialista por la desaceleración de la inflación, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) lanzó una nueva calculadora de inflación para medir de manera individual la suba de precios de bienes y servicios que se consume, con base en los precios relevados por el organismo.
Esta nueva herramienta apunta a que cada persona pueda ver cómo se refleja la evolución de los precios en sus consumos, dado que muchos “tienen la sensación de que los datos sobre inflación se elaboran en una oficina de estadísticos sin ningún vínculo con la vida real”, indicó el INDEC.
Con la calculadora del IPC se tendrá una aproximación más certera de las variaciones de precios de una canasta de consumo individual con relación a la del total de los hogares que promedia el IPC nacional”, agregó.
Desde el citado organismo estatal señalaron que cuando un artículo aumenta de precio, su impacto es diferente según el consumo del hogar, porque depende de la cantidad consumida con relación a su gasto general (hábito de consumo).
Asimetrías
Las canastas de los hogares varían, entre otros factores, por el diferente nivel de ingresos del hogar. Por ejemplo, los hogares de ingresos bajos gastan más en alimentos que en servicios a diferencia de los hogares de ingresos altos.
Por otra parte, hogares de ingresos más bajos gastan una proporción mucho mayor de su canasta en alimentos para consumir dentro del hogar, mientras que los hogares de ingresos más altos tienden a gastar una proporción mayor que otros grupos en restaurantes.
Aritmética
A lo largo del país, también cambia mucho la proporción de hogares que pagan alquiler: en CABA, por ejemplo, alrededor del 35% de los hogares alquilan, mientras que en Santiago del Estero solo lo hace el 7%.
Otras diferencias entre los hogares de distinto nivel de ingresos se observan en los gastos en transporte y artículos recreativos. Los hogares de bajos ingresos no gastan una proporción muy grande de sus ingresos en transporte privado, como comprar o alquilar autos y pagar el combustible y el seguro, y gastan una proporción menor de sus ingresos en recreación y ocio y comunicación, con excepción de la telefonía celular.