Inversor Digital dialogó con el escribano y doctorando en Ciencias de la Educación por la Universidad Católica de Córdoba, Jorge Fabián Villalba (39), quien plantea un análisis detallado de los postulados filosóficos de la tecnología Blockchain. Las ventajas y aplicaciones de un modelo que busca evitar intermediarios y maximizar costos.
¿Qué implica en el contexto bancario actual el paso (fallido) que dio el Banco Galicia para atraer a sus clientes con la compra de criptomonedas?
– Lo primero que hay que tener en cuenta es que todo el ecosistema Blockchain tiene ciertos paradigmas con respecto a una transformación, no solamente de tipo tecnológica sino también financiera, que promueve de alguna manera una especie de inclusión financiera para los usuarios.
Y en esta inclusión financiera establece mecanismos de acceso a ciertas unidades de valor que algunas personas se encuentran a priori privadas de ello porque de repente no reúnen el scoring bancario necesario o porque no reúnen determinados requisitos mínimos o porque quizás no pueden sostener el mantenimiento un paquete bancario, o porque sinceramente no quieren depender de un sistema bancario de tipo centralizado.
Lo que es llamativo entonces es que una tecnología de cabecera, como bandera de la descentralización, de la independencia de la libertad financiera, de la inclusión financiera y muchos principios que se vienen sosteniendo, de repente sea una gran conquista justamente de una entidad bancaria tradicional centralizada.
Y más aún en un país donde el acceso a la divisa extranjera presenta las restricciones bastantes exageradas y que la criptomoneda tiene como necesidad un puente o un paso de la moneda Fiat a la moneda elegida de alguna forma y que necesariamente cotizan moneda fuerte.
Entonces, la noticia del intento del Galicia por comenzar a adoptar las criptomonedas como otra opción en los portfolios de sus clientes genera cierta contradicción de alguna forma.
En un contexto económico donde los bancos prohíben (lógicamente) por una disposición del Gobierno el acceso libre a la moneda extranjera, donde hay cupo para la compra de dólares, numerosas restricciones en materia de préstamos y tasa interés elevada, de repente aparece la opción de la criptomoneda con algunas de las dos grandes y representativas que puede tener en el ecosistema como lo son Bitcoin y Ethereum.
– ¿Ese intento representa una tendencia o una acción aislada?
– Para considerarla como cierta adopción generalizada tendría que tener su causa fuente en el Banco Central de la República Argentina, como entidad reguladora de los bancos. Entonces aparece una franquicia o una bandera de una entidad financiera que hace suya como conquista una posibilidad hoy un tanto verde o bastante repentina como es la compra y venta de criptomonedas.
Daría la sensación de que es un intento asilado, con cierto empuje de marketing pero que me parece que puede llegar a sorprender o generar cierta iniciativa repentina hacia entidades que quizás no sé hasta qué punto pueden haber sido parte desde la elaboración previa de todo esto. Me refiero a otras entidades financieras, a la Administración Federal de Ingresos Públicos, de repente la Unidad de Información Financiera, a ciertos colegios profesionales que tengan algunas prácticas vinculadas con lo financiero, como es el caso de los escribanos.
Dicho sea de paso, en Córdoba, por ejemplo, hay un grosero desconocimiento de la cuestión de las criptomonedas a tal punto que inclusive se vieron distintos intentos de capacitaciones que presentan errores conceptuales prácticamente inadmisible para quienes entendemos estas iniciativas y sobre todo somos parte de estos ecosistemas.
Pese a que parecería que se trata de un intento aislado, la iniciativa en sí parece distar de la concepción estructural o matriz fundacional que tiene la tecnología Blockchain. La cual justamente prescinde de los intermediarios innecesarios y trabaja en contra de la centralización de poder, o de órdenes, o de datos, y que busca combatir de alguna manera la banca tradicional porque es costosa, por ser excluyente de ciertos usuarios y por tener cierta dependencia y rol operativo hacia los gobiernos de turno, cuando en realidad la descentralización vinculada a la gobernanza presupone otros postulados.
– ¿Cómo se entienden las promocionadas libertades que ofrece el mundo de las criptomonedas?
– Cuando hablamos de libertades hay que tener ciertos cuidados, porque el colectivo ignorante entiende la libertad financiera como una como especie de libertinaje orientado hacia lo directivo, hacia la evasión, hacia la no transparencia, hacia la financiación de actividades ilícitas.
Si uno se mete de lleno en la cuestión se va a dar cuenta que justamente Blockchain combate esto, lo que pasa es que hay que conocerlo, entenderlo, aplicarlo y estar capacitado en la temática. Hay que tener en cuenta de que el mundo de las criptos no se trata de libertad en el sentido de libertinaje, sino que entiendo que la libertad desde el punto de vista de ser dueño de tu dinero y tener el banco en tus manos, como es el famoso paradigma del Blockchain.
Sobre el caso de Galicia creo que se trata de un banco que está viniendo a querer jugar la misma batalla con las armas de su propio enemigo y eso no mueve el amperímetro. Creo que el banco trató de ir o acercarse hacia aquel que realmente está poniendo en duda su subsistencia, y prefiere aliarse y sumarlo antes de ser excluidos o antes de ser de alguna manera desplazado con el correr del tiempo por algo que tiene variables superadoras.
Las criptomonedas, de alguna manera, se van a terminar imponiendo porque así lo está demostrando el contexto, la sociedad, el nivel de acatamiento y por sobre todas las cosas los datos. Si uno entra a mirar el nivel de aceptación que va teniendo en una comunidad, sobre todo países tercermundistas y destruidos financieramente – como el caso de Argentina – que tienden a buscar opciones alternativas como mecánico salvataje tratando de confiar en cualquier cosa que diste de lo ya conocido, porque lo ya conocido evidentemente fracasó.
– ¿Cómo juega la AFIP en este giro que intentó hacer el principal banco privado que opera en la Argentina?
– Nunca hay que perder de vista que es un organismo recaudador, que cumple una función administrativa, que tiene una función determinada y que no tiene más trascendencia que eso. Es como discutir hoy en día sobre la naturaleza jurídica del formulario 08 para la transferencia de un vehículo… Me parece que son discusiones realmente hacen perder energías porque son cuestiones pragmáticas de simple interpretación, que no revisten mayor análisis que saber que uno tiene que tener el mismo comportamiento con cualquier activo que tenga.
Es decir, la responsabilidad del usuario de declarar sus ganancias va a estar siempre presentes así se dedique a la compraventa de oro, así se dedique a cobrar en dólares, en criptomonedas en peso argentinos, chilenos, colombianos o en petróleo. Por otro lado, del fisco tiene la obligación de controlar.
Hoy en día, la gran valla que tiene el fisco es poder perseguir las operaciones P2P (peer to peer) que son par a par, persona a persona, mediante mercados100% descentralizados y más aún donde las partes operan o hagan transacciones con dispositivos de almacenamiento en frío que uno no puede perseguirlas y darles nombres.
Entonces, con más razón quizás la banca tradicional colabore en poner nombre y apellidos a esas compras de Bitcoin (por poner un ejemplo) y como ya está pasando con plataformas descentralizadas como la propia Binance o Lemon Cash. Pero el problema pasa por otro lado, no aporta nada nuevo – ni para bien ni para mal – que un banco tradicional permita la compra de criptos, no deja de ser un organismo centralizado.
La pregunta sería…El usuario de la tecnología Blockchain, que opera en el mundo de las finanzas descentralizadas… ¿Va a caer en un banco centralizado para comprar criptos? Mi respuesta, a priori, es que no.
Entonces, la usabilidad que vamos a tener que ver es que quizás haya un pequeño grupo que con activos depositados en bancos (aquellos que siguen confiando en la banca tradicional), terminen convirtiendo una parte determinada de su cartera de ahorros solamente como situación de miedo a quedarse afuera o quizás como para aprovechar una oportunidad, o bien especular con una porción disponible de ese ahorro.
No creo que el gran movimiento cripto se vuelque al sistema financiero tradicional, que es justamente lo que busca combatir.
– Para llevar tranquilidad a ciudadano promedio… ¿Cuál es el marco legal en que operan las criptomonedas? ¿Qué seguridad tiene la persona que decide empezar a invertir en criptos?
– Como operador del derecho que soy no sé si el punto de equilibrio en cuanto al otorgamiento de seguridad jurídica el usuario estaría en la existencia o no una norma que regule.
Me parece que la desconfianza es tal donde el punto de partida no es la existencia o no de una norma, como ley que dote de transparencia. Porque sabemos que muchas normas que existen, pero no tienen el efecto final de dotar un acto de transparencia.
Entonces, acá la cuestión que debemos tener en cuenta es el autoconocimiento y la formación. Donde cada uno ejerce su propia investigación, su propia búsqueda y su propia formación.
No le va a dar ni más ni menos seguridad jurídica la presencia de un banco tradicional a la cuestión, como tampoco cualquier discurso de cualquier persona. Probablemente esto si pueda dar un mayor índice de aceptabilidad del mundo cripto, pero acá lo más importante es fortalecer el ámbito de la capacitación.
En cuanto a los proyectos de los marcos legales, sí me preocupa muchísimo el alto nivel de discusiones casi de café con un alto grado de irresponsabilidad por parte de operadores jurídicos, que se ponen a opinar sobre estas cuestiones como si fuese algo que conocieran. Diciendo que en realidad una operación con criptomonedas es una cesión de derechos, una permuta y montón de barbaridades que se están sosteniendo, cuando en realidad lo que más confunde a la gente es escuchar a los que en teoría saben, dudar y no saber transmitir un mensaje claro, contundente y seguro.
El miedo, o el argumento del miedo, tiene que dejarse de lado y realmente escuchar lo que saben. Ese es el principal punto de partida para darle seguridad y tranquilidad usuario el usuario.
Las personas van a inclinarse por esto (criptomonedas), como está sucediendo y de alguna manera se va a ir haciendo cada vez más grande el ecosistema cripto, como se viene demostrando desde el año 2019. Con mayor o menor aceleración producida por la pandemia, pero aclarando que el fenómeno es prepandemia.
– ¿Qué seguridad tiene la persona que decide empezar a invertir en criptos?
– Estamos hablando de una tecnología que brinda integridad, trazabilidad, auditabilidad, pero que no es a prueba de estúpidos. Lo principal aquí es tener la certeza de estar en las manos correctas, por eso es fundamental formarse en lugares seguros, en sitios recomendados, con profesionales de prestigio, que tengan las credenciales necesarias.
El segundo punto es operar en lugares, ámbitos o entornos seguros, tener los recaudos que una billetera exige tener y después ejercer cierta iniciativa de capacitación para poder operar de manera responsable y segura. La tecnología es más segura que el sistema tradicional, por cuanto deja ciertos rastros, ejerce barreras ante posibles ataques, permite actualizaciones y hace posible una descentralización que es más difícil corromper que la centralización.
Entonces, la tecnología no es buena ni mala, es inerte en cuanto a su predicamento. La hacen buena o mala quienes las disponen, o los usuarios que hacen de ella algo responsable o irresponsable. Aquí hay que despojarse del sesgo de inseguridad o de falta de transparencia en pos de entender que quién genera esa inseguridad es la persona como individuo y no la tecnología como solución.
Por eso hay que pensar aquí, y mirar los niveles de aceptación, que en general en lugares corruptos probablemente tenga mayor resistencia, porque pone en evidencia la totalidad del movimiento de las arcas económicas del Estado. O sea, porque no pensamos en probarlo y ver qué bondades, como las bondades son tan altas probablemente la resistencia ante esté en mostrar aquello que pasa puertas dentro y que el ciudadano – por el principio republicano de gobierno – parece ser que no tiene derecho a ver.
Cuando en realidad tiene todo el derecho del mundo a transparentar los datos y las partidas presupuestarias. Imaginemos Blockchain aplicado la obra pública, en los fondos de financiamiento los partidos políticos, en cuanto a los fondos que manejan los sindicatos, los subsidios, en los planes sociales y asignaciones familiares. Creo que de suceder eso realmente abriríamos la caja de Pandora, por lo menos en Argentina.
– ¿Cómo está nuestro país en cuanto a la adopción de criptomonedas? ¿Qué factor lo explica?
– El caso de Argentina es paradigmático y viene apoyado de alguna manera con otros ejemplos de Latinoamérica. Dejemos un punto de referencia, excluyendo Panamá, que tiene su propio proyecto ahora, pero es como una ciudad del primer mundo, es un bridge económico mundial que ejerce un puente financiero entre los principales países del mundo, entonces no sería el caso.
El Salvador es otro caso de discusiones muy interesantes que se están dando sobre las criptomonedas. Parece ser que la adaptación o la inclinación por parte de los usuarios sucede más en países donde hay una exacerbada corrupción política, un desmanejo político, donde hay pérdida de libertades, donde hay cepos financieros, donde hay una invasión a la propiedad privada. Entonces, parece ser que el refugio de valor ante la desconfianza de todo órgano centralizado radica en aquello que ofrece una tecnología descentralizada.
La inclinación de la balanza a Blockchain se presenta como una alternativa potente, diría casi como una opción única por parte del usuario, que termina derivando sus muchos, pocos o medianos ahorros hacia las criptomonedas, como verdaderas reservas de valor. Todo esto sucede gracias a una gran variable, la confianza.
– ¿Cuáles son las medidas de seguridad más efectivas en el mundo de las criptomonedas?
– Con respecto a este tema solemos pensarlo de menor a mayor. Un usuario avanzado primero va a elegir dónde operar, preferentemente no va a usar portales centralizados, sino mercados descentralizados y probablemente disponga de un sistema de almacenamiento en frío, como por ejemplo un dispositivo Ledger.
Además de eso, va a operar con herramientas de las cuales guarde su frase semilla con mucha responsabilidad. Probablemente lo escriba en una hoja y esa hoja esté en una caja fuerte, separada de cualquier otro tipo de documentación, y operaría de manera segura.
Un usuario avanzado va a tomar los recaudos cada vez que ingrese a una página web, por ejemplo: para hacer algún tipo de inversión financiera, algún steak, farming o algo por el estilo. Va a asegurarse de que el sitio sea seguro, va a tipear a mano, no lo va a sacar del Google, va a abrir su billetera en una máquina segura, va a operar con algunos VPN´s.
O sea, hay toda una cultura que hace que sea ciento por ciento, seguro para quien opere con responsabilidad. Para quien opere sin conocimiento, como en todo, se generan riesgos, vulnerabilidades, inseguridad y pérdidas.
Desde el punto de vista tecnológico y la programación, es importante contar con los mejores. Ya que hay que estar permanentemente repeliendo ataques cibernéticos, de algún tipo de software malicioso, intrusos que quieran causar prejuicios.
Por eso los proyectos serios tienen su costo, llevan su tiempo y demandan responsabilidad. Hay que saber siempre que hay detrás de lo que uno busca, donde uno invierte y donde despliega de alguna manera sus activos cripto, para que opere con responsabilidad, con ciertas certezas y que esto no termine siendo algo que realmente les haga perder todo.
– Hay cientos de estafas en el mundo cripto, Cositorto y Generación Zoe están dando cuenta ante la Justicia Federal por esas maniobras… ¿Qué puede ayudar a las personas a prevenir ser víctima de estos engaños?
– Este año le dediqué varias publicaciones en las columnas que tengo en los diarios, donde hablé de situaciones como Zoe Cash y cuántos otros que pueden aparecer, donde hay todo un abanico de vectores que encienden alarmas que hacen establecer que uno está enfrente de una posibilidad de estafa.
Lo discursivo, la presencia, lo que se promete… Hay toda una parafernalia que pone en evidencia que hay una potencial estafa, que ataca siempre al más ignorante y al más vulnerable.
Como se dice popularmente, “cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía”. Entonces, uno de los primeros requisitos para tener en cuenta tiene que ver con las excesivas ganancias prometidas, con el discurso de las personas, ya que nadie se hace millonario de un día para el otro. Tienen que observar cómo hablan, cómo se expresan, cuál es su pasado y su tradición. Hay toda una serie de elementos que vinculan al sujeto y después existe una cuestión vinculada a la voluntad. Cuando alguien tiene el deseo de estafar o causar un perjuicio, no necesariamente puedo haberlo detectado con anterioridad.
Ahora, Blockchain permite generar esa búsqueda, esa información donde el usuario – una vez que se forma – es capaz de detectar este tipo de maniobras. Por lo tanto, se va a convertir en un usuario responsable, que difícilmente caiga en las manos de este tipo de artilugios.
No obstante, hay engaños que son históricos, que existieron siempre, desde aquellos movimientos sectarios que atrajeron a las personas, estafas de todo tipo que atacaron a jubilados, a niños, a usuarios irresponsables, a usuarios de tarjetas de débito, crédito, cajeros automáticos.
Redondeando la idea, cada escenario tiene su estafador y el mundo cripto no es la excepción. Entonces, no es culpable el ecosistema, son culpables las personas, y si se genera un perjuicio habrá que responder.
Lo que pasa es que hay una cultura de no querer asesorarse de manera previa y guiarse por impulsos, y así se terminan produciendo las grandes estafas. Que cuando son descubiertas, lamentablemente, es demasiado tarde.
– ¿Necesita Bitcoin ser reconocido por los estados nacionales?
– Desde una teoría filosófica de Blockchain, hay que ser de alguna manera coherente con los principios fundacionales. No genera coherencia que de repente haya una necesidad de declaración de reconocimiento del Bitcoin (o de alguna otra criptomoneda) por parte del Estado. Ya que es generar una dependencia de un movimiento que busca tener libertad, que busca tener de alguna manera autonomía.
Por otro lado, generar una especie de ruido con respecto a la aceptación de este tipo de criptoactivos por parte de la banca tradicional también genera algo confuso porque hablamos de una tecnología que lo que busca es suprimir intermediarios, pero de repente un banco irrumpe. Aunque en realidad no es el banco, sino otra empresa que presta el servicio, que a su vez colabora con el banco, y el banco brinda seguridad jurídica del asunto. Así que volvemos a tener una cadena de intermediarios innecesaria y volvemos a entrar en esto de que todos van cobrando en un encadenamiento de funciones, cuando en realidad lo que hay que hacer es maximizar costos y generar relaciones directas (P2P). Así que visto así es otra falta de coherencia con los postulados de la Blockchain.
La necesidad de regulación en función del Código Civil actual, y de normas anteriores, es realmente no entender que hay un fenómeno que cambió las reglas del juego y que es la norma la que tiene que cambar. La mayor burrada que escuché es que el Derecho no tiene por qué adaptarse a una práctica social, que en realidad la práctica puede o no perdurar, o es una práctica que en realidad les trae perjuicio a las personas entonces le es indiferente al Derecho.
Se lo escuché decir a numerosos profesionales que no tienen la más pálida idea del mundo Blockchain, entonces esto es no entender que hay una sociedad que evoluciona, que el Derecho es conducta, que cuando la conducta cambia debe cambiar la norma.
Hoy por hoy, necesitamos leyes modernas, nueva normativa de firma digital, necesitamos regular la firma en blockchain, necesitamos regular cuestiones de tokenización inmobiliaria, la contratación con criptoactivos, la protección de los datos personales en el Metaverso, darle entidad al Metaverso, precisamos regular las DAO, entre algunos asuntos principales.
Esta es la forma en la cual el Derecho crece, evoluciona, lee a la sociedad y tiene prospectiva, sino estaremos haciendo Historia del Derecho.
Por Marcelo López.