En la provincia de Tucumán impulsan un token llamado Sucoin, el cual está respaldado por la producción azucarera, una de las más importantes de la zona. Fue lanzado por una firma financiera local llamada Bitnoa y su valor por unidad representa una bolsa de 50 kilogramos de azúcar.
La cripto utiliza tecnología blockchain, que es está basada en una cadena de bloques con una base de datos pública y distribuida. Allí se registran las transacciones de forma segura.
Tokenizar es una oportunidad para formalizar mercados como el azúcar”.
Marcos Ragone – Fundador de Bitnoa
Uno de los objetivos es formalizar ese mercado, como sucede con la soja o el trigo, según aseguraron desde la compañía a BAE Negocios. Marcos Ragone es uno de los fundadores del proyecto. Explicó que el origen se remonta a la tesis con la que se recibió de la carrera de Economía en la Universidad Nacional de Tucumán: “Mi tesis fue sobre formalizar el mercado de azúcar, como sucede con la soja y el trigo, pero el azúcar es complicado”, indicó.
Indicó que los intentos de regular la producción, distribución y compra de la materia prima serían infructuosos debido a los problemas de “burocratización” que eso implicaría. Pero encontró en las monedas virtuales una posible solución: “Las criptomonedas parecen caídas del cielo para estas cuestiones”, dijo.
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Cotización
La cotización de la criptomoneda tucumana está atada al precio de una bolsa de 50 kilos de azúcar. Esto la diferencia de la mayoría de las monedas virtuales, entre ellas el bitcoin, que no tienen respaldo en el mercado tangible.
El objetivo de Ragone es que el negocio de la producción de azúcar pueda adquirir “mayor transparencia” y volverse un “mercado fluido”. Además, de un “trato cercano entre el productor y el consumidor final”, según indicó.
El egresado de la UNT aseguró que “tokenizar los activos es una oportunidad” para los mercados similares cómo los del azúcar. Es decir, para los que “necesiten formalidad y financiación”.
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Cómo funciona
“El productor va a dejar su bolsa en un galpón y a él se le va a dar una criptomoneda que va a terminar vendiendo en el mercado”, dijo uno de los fundadores de Bitnoa al medio local El Tucumano.
El comprador tendrá dos perfiles, según explicó Ragone. Uno especulador, que paga un precio, sabiendo que va a subir. Un segundo, industrial, que ahorra en su insumo productivo.
“Lo que tengo que lograr es que mis galpones – donde se acopiarán las bolsas – se puedan auditar de forma gubernamental”, indicó Ragone. Esto permitirá certificar la cantidad de unidades que se resguardarán de respaldo de la cripto.
