La sequía hará caer en unos US$ 21.000 millones el ingreso de divisas del campo durante este año.
Con ventas por US$ 554 millones, el Banco Central (BCRA) cerró la peor semana de intervenciones sobre el mercado cambiario de los últimos ocho meses.
Las reservas brutas retrocedieron a US$ 37.665 millones, el nivel más bajo del año.
Este viernes sacrificó otros US$ 139 millones, sólo para satisfacer la demanda impostergable, ya sea para atender pagos de deuda, de importaciones o de aquellas que se habían pactado meses atrás y cuya cancelación final fue reprogramada por las SIRA.
Si se toma en cuenta desde que comenzó el año, la pérdida ya se arrima a los US$ 2.000 millones, lo que explica la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Se trata del peor saldo desde la primera semana de agosto pasado (lapso en que debió desprenderse de unos US$ 690 millones).
Ese precedente, que derivó unos días más tarde en la instrumentación del primer “dólar soja”, es muy tenido en cuenta por el mercado por estas horas.
Operadores creen que el Gobierno deberá hacer algo para frenar este nivel de sangría, y una de las opciones bien puede ser un nuevo plan de estímulo vía precio a las exportaciones.
La sequía hará caer en unos US$ 21.000 millones el ingreso de divisas del campo durante este año.
El Gobierno podría impulsar mayores restricciones al pago de importaciones y, eventualmente, algunas se tendrían que pagar accediendo a dólares a través de operaciones de contado con liquidación (con impactos sobre inflación y brecha cambiaria).
Además, se buscaría generar incentivos puntuales y transitorios para fomentar la liquidación de exportaciones a través de tipos de cambio diferenciales.
Para los analistas, el escenario es complejo y no exento de situaciones de presión en los mercados cambiarios y de mayores restricciones de acceso a la compra de dólares en el mercado oficial.
Ya no se trata de sólo de no poder cumplir con la meta trimestral pactada con el FMI, sino de un nivel de faltante que podría obligar al BCRA a recurrir a depósitos de Sedesa o incluso a oxigenarse con los encajes.
Expertos sostienen que esto no sería saludable en medio de una posible corrida global contra los bancos.
La nueva y fuerte venta oficial llegó en una jornada en la que se operaron de contado unos US$ 357 millones.
Así,el aporte oficial alcanzó al 38,8% de las divisas operadas en la jornada.
Se trata de un porcentaje también máximo en más de un semestre, lo que muestra que la aceleración aplicada por el BCRA al ritmo de ajuste en el tipo de cambio oficial (que vuelve a deslizarse por sobre el 6% mensual) no sirvió de estímulo a la oferta privada de divisas.
La autoridad monetaria convalidó un aumento de $0,40 para el dólar mayorista vendedor que cerró a $203,34, con lo que registró un incremento de $2,61 en la semana.