La Casa de la Moneda no sólo imprime pesos sino que el Banco Central debe importar de Brasil y España. El billete de $ 1000, muy cerca de transformarse en el de mayor circulación. Los datos se desprenden de un informe presentado por el jefe de gabinete ante la Cámara de Diputados de la Nación.
La inflación en la Argentina tiene algunas particularidades: además de la emisión que hace el Banco Central para financiar al Tesoro, se resiste a aumentar la denominación de los billetes, siendo el mayor de ellos, el de 1.000 pesos, equivalente a poco más de 3 dólares. Desde el 2020, el número de billetes en circulación trepó en 2.000 millones.
En su reciente presentación en la Cámara de Diputados, el jefe de Gabinete Juan Manzur presentó información sobre la impresión y la circulación de billetes. De un total de 5.443 millones en millones al 31 de diciembre de 2019 se pasó a los 7.463 millones al 1 de agosto último con un incremento de 37% en ese período. A tal punto llegó el nivel de impresión que la Casa de la Moneda no dio abasto con los pedidos y optaron por celebrar contratos con la Casa de la Moneda de Brasil y la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España.
Hay también datos de la muerte del billetes de 5 pesos, retirando 460 millones de unidades. El mismo camino recorre el de 10 pesos, ya que se retiraron 17 millones desde el 2020. La denominación de mayor circulación hoy es la de 100 pesos, con 2.327 millones de billetes circulando entre los argentinos. Pero lentamente la inflación de lo está devorando. Al fin y al cabo equivale 37 centavos de dólar. Desde el 2020, el BCRA retiró de circulación 155 millones de billetes de $100.
En segundo lugar, y ya muy cerca de encabezar el billete de mayor circulación se encuentra el de $1.000. De 372 millones existentes en la plaza al 31 de diciembre del 2019, se pasó a los 2.215 millones hoy, lo que representa un crecimiento de 495% en dos años y ocho meses.
La alta inflación todo lo puede: hace desaparecer billetes de baja denominación, y los que parecían en un momento de alto valor, como los de 1.000 pesos, pasan a ser los que más circulan y con bajo poder de compra. Hoy con este billete no se puede una estadía en un estacionamiento del microcentro.
Pero todo esto no es gratis. La obstinación de no emitir billetes de alta denominación por parte del gobierno para ocultar la inflación implica un gasto adicional para el BCRA. Es simple dado que en lugar de emitir 5 billetes de $1.000 podrían emitirse uno de $ 5000.
Los mismos trastornos se observan en los cajeros automáticos que deben reponerse más veces durante el día. Las entidades financieras deben asumirse más gastos por transportistas de caudales.
Las monedas son otra de las víctima de la alta inflación. Ya dejan de circular entre los argentinos por su escaso valor. Tampoco el BCRA se ocupa de nuevos lanzamientos ante su rápido destino para ser fundidas y vendidas como metal.
Fuente: El Cronista.