Los precios minoristas en supermercados también retrocedieron, pero persiste una alta brecha con el Mercado Central, según un informe privado. Los cítricos y el tomate encabezaron las variaciones del mes
Durante mayo de 2025, los precios de frutas y verduras mostraron una marcada caída en el Mercado Central de Buenos Aires, lo que impactó de forma directa en las proyecciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para el segmento de alimentos. El tomate, la banana, el limón y la naranja encabezaron los descensos, con bajas significativas tanto en el canal mayorista como en los supermercados del Gran Buenos Aires, de acuerdo con un análisis realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA)
El segmento de Verduras, Tubérculos y Legumbres (VTL), que agrupa especies como papa, tomate, zapallo, cebolla, lechuga y batata, retrocedió 16,9% en promedio en los precios mayoristas del Mercado Central en relación con abril. La baja en los precios del tomate alcanzó 39,7%, mientras que el zapallo aumentó 27,8%. Se trató de la única especie con un incremento relevante junto a la papa, que subió 1,3 por ciento.
La caída del precio ponderado en el segmento VTL derivó en una proyección de descenso del 23,4% en el índice de precios minoristas del Indec para mayo, según las estimaciones del CEPA. Esta contracción en el IPC se vincula directamente con la estrecha correlación entre los precios mayoristas del Mercado Central y los relevamientos oficiales del organismo.
Por su parte, el precio promedio de las frutas en el Mercado Central cayó 7,3% respecto del mes anterior. La naranja registró una baja del 12,4%, la banana 8,8%, el limón 8,5% y la manzana 1,9%. A pesar de este comportamiento mensual, el segmento frutas exhibió una variación interanual positiva de 16,2%, liderada por el limón con un incremento del 70,1%. La variación acumulada desde enero mostró una contracción de 17,7%.
El impacto de estos movimientos de precios en el IPC fue significativo. En el caso del segmento frutas, la reducción del 7,3% en el precio mayorista se tradujo en una proyección de caída del 14,3% en el índice minorista, lo que se reflejaría en una disminución de 0,2% en el rubro frutas del IPC general.
Qué pasó en los supermercados
En el mercado minorista, los precios de las verduras en los supermercados también descendieron. El CEPA relevó que el precio corriente promedio de las seis especies del segmento VTL disminuyó 30% en mayo respecto de abril. La lechuga mostró una baja de 44,3%, el tomate cayó 30,4%, la papa 15,0%, el zapallo 7,6% y la batata 2,5%. Solo la cebolla se encareció, con una suba del 2,1 por ciento.
A pesar de las caídas, persistieron importantes brechas entre los precios minoristas y mayoristas. En mayo, la brecha promedio entre supermercados y el Mercado Central fue de 120,5%, una reducción de 21,5 puntos porcentuales respecto al mes anterior. La especie con mayor brecha fue la lechuga, con un 228,3%, mientras que la cebolla mostró la menor diferencia, con un 99,5 por ciento.
El comportamiento de la brecha por especie mostró contrastes. Por ejemplo, la batata pasó de una brecha del 68,6% en abril a 85,2% en mayo. La papa redujo su diferencia de 66,9% a 40,0%, y el zapallo fue la única especie con brecha negativa, pasando de 30,2% a -5,8%, es decir, resultó más barato en supermercados que en el Mercado Central.
Productos importados
El informe también detalló el origen y precio de los productos que ingresaron al Mercado Central. En el caso de la papa, los productos importados de Chile y Brasil ingresaron con precios de $1.036,7 y $796,5 por kilo respectivamente, en tanto la producción nacional se mantuvo muy por debajo: $204,4 desde Río Negro, $367,7 desde el sudeste bonaerense y $366,7 desde Villa Dolores. Esta disparidad de precios internacionales incidió en el leve aumento del precio promedio de la papa.
La naranja, en plena temporada de cosecha local, mostró un ingreso importante de partidas de Entre Ríos, Corrientes y Salta. Sin embargo, también ingresaron naranjas desde España y Egipto con precios más elevados: $1.271,1 y $1.133,3 por kilo, muy por encima de los $585,7 a $666,7 de la producción nacional. Este fenómeno afectó tanto los precios como la situación de los productores locales.
La dispersión de precios entre supermercados evidenció notables diferencias. Por ejemplo, el tomate tuvo una dispersión del 52,2%; la batata, del 30%, y la lechuga, 25,8%. Solo la cebolla presentó uniformidad total en sus precios, sin variaciones entre cadenas.
En cuanto a canales de comercialización, los supermercados explicaron 23,1% del volumen vendido de hortalizas, por detrás de las verdulerías con 51,5% y los autoservicios con 20,3%. Esta composición incide en la representatividad de los precios relevados para el IPC, ya que el resto de los canales también experimentó ajustes.
La correlación entre precios mayoristas y minoristas en frutas también fue elevada. La brecha en frutas se ubicó en mayo en 70,4%, 13,9 puntos porcentuales por debajo del mes anterior, con una mediana histórica de 73%.
El impacto de la estacionalidad
En cuanto al comportamiento estacional, la cosecha de zapallo, típica del otoño, influyó en su bajo precio. Los especialistas estimaron que los valores actuales podrían mantenerse en el corto plazo. Asimismo, la llegada de cítricos de nuevas cosechas desde provincias productoras como Entre Ríos y Salta reforzó la oferta y presionó los precios a la baja, a pesar del ingreso de fruta importada.
