Los títulos públicos duales emitidos en agosto prometen el mejor rendimiento para el inversor minorista. Sin embargo, tienen una restricción.
Las expectativas todavía altas de inflación para el futuro inmediato y el siempre presente temor a una corrección del dólar oficial con el que convive el mercado llevaron al ministro de Economía, Sergio Massa, a crear una alternativa tentadora para el canje de deuda con el que inauguró su gestión financiera a principios de agosto. Tres emisiones de ”bonos duales”, que ajustan según inflación o devaluación (suba del dólar oficial), según resulte más conveniente para el inversor, lograron despejar vencimientos hasta el año que viene.
Septiembre aparecía como el mes más complejo con vencimientos que superaban el billón de pesos, pero luego de aquella transacción cerca de dos billones quedaron refinanciados al año próximo. El título fue emitido a tres plazos distintos: junio, julio y septiembre, este último con vencimiento programado para después de las PASO presidenciales de 2023.
El primer público para esos papeles fueron los fondos comunes de inversión, las aseguradoras y otros inversores institucionales que están forzados a mantenerse en pesos y que encontraron en esa doble cobertura una solución atractiva después del derrumbe de la deuda ajustada por CER de junio pasado. Pero pasada la estapa mayorista, también los inversores particulares empezaron a posar el ojo sobre esos papeles. El hecho de que se puedan comprar por montos mínimos de $1.000 los hizo aptos para todo tipo de inversor.
Las expectativas todavía altas de inflación para el futuro inmediato y el siempre presente temor a una corrección del dólar oficial con el que convive el mercado llevaron al ministro de Economía, Sergio Massa, a crear una alternativa tentadora para el canje de deuda con el que inauguró su gestión financiera a principios de agosto. Tres emisiones de ”bonos duales”, que ajustan según inflación o devaluación (suba del dólar oficial), según resulte más conveniente para el inversor, lograron despejar vencimientos hasta el año que viene.
Septiembre aparecía como el mes más complejo con vencimientos que superaban el billón de pesos, pero luego de aquella transacción cerca de dos billones quedaron refinanciados al año próximo. El título fue emitido a tres plazos distintos: junio, julio y septiembre, este último con vencimiento programado para después de las PASO presidenciales de 2023.
El primer público para esos papeles fueron los fondos comunes de inversión, las aseguradoras y otros inversores institucionales que están forzados a mantenerse en pesos y que encontraron en esa doble cobertura una solución atractiva después del derrumbe de la deuda ajustada por CER de junio pasado. Pero pasada la estapa mayorista, también los inversores particulares empezaron a posar el ojo sobre esos papeles. El hecho de que se puedan comprar por montos mínimos de $1.000 los hizo aptos para todo tipo de inversor.
En ese sentido, y en base a una demanda que nunca se detuvo, los precios de esos papeles en el mercado fueron escalando peldaños. Y la pregunta desde entonces es ¿qué tan convenientes siguen siendo, dados sus altos precios, como vía de cobertura?. La opinión de los especialistas es que son una opción interesante, pero ahora sólo para inversores muy conservadores.
“El bono dual representa una competitiva alternativa para los inversores minoristas, no sólo por su atractiva relación riesgo-retorno sino también por su vencimiento hacia mediados del año próximo que resulta previo a las elecciones”, dijo el analista Gustavo Ber, en referencia a los papeles con vencimiento en junio y julio.
“La posibilidad de dualidad de cobertura inflacionaria y cambiaria ofrece una eficiente, sencilla y simultánea estrategia respecto a dichas dos cruciales variables, y ello se convierte en indispensable en un contexto -como el actual- de elevada nominalidad en la economía”, agregó Ber.
La simplicidad, entonces, es uno de los factores. Con una sola movida, el inversor se cubre contra dos variables potencialmente nocivas. Pero el avance del precio de esos papeles y la reducción en las expectativas de devaluación del tipo de cambo oficial -el dólar soja, por ejemplo, mostró que Massa está dispuesto a ofrecer desdoblamientos temporales del mercado de cambio antes que asumir una suba a secas del dólar- hacen que alternativas algo más complejas se hayan puesto más convenientes.
“Se han puesto muy caros. Han sido una muy buena alternativa cuando salieron por primera vez, pero han subido mucho de precio. Hoy en día conviene mucho más una estrategia puntual con bonos CER y dollar-linked”, dijo Mauro Cognetta de Global Focus.
“El dólar soja, por ejemplo, cambió el escenario: subieron mucho los bonos dollar-linked mientras que bajaron los futuros. Era una muy buena opción en un momento, pero han evolucionado mucho en precio”, agregó el asesor financiero.
Un análisis de Maximiliano Donzelli de IOL Invertir Online sostiene que la doble cobertura hace que los inversores que quieran entrar hoy al bono dual tengan que pagar “una prima”, un costo extra, por escudarse contra los dos riesgos al mismo tiempo. Eso se ve en el hecho de que paguen menores rendimientos que un bono ajustado exclusivamente por CER -inflación-, por un lado, y que un bono ajustado por dólar, por el otro.
“La pregunta siguiente surge en si esa prima es cara, y esto se puede considerar evaluando cual debería ser la devaluación hasta la fecha de vencimiento para que el bono pase de ser CER a dollar-linked. Llevando a cabo una estimación con el TDJ23 )el que vence en junio 2023), debería darse un escenario donde la devaluación real sea del 3%, es decir, que la suba del tipo de cambio oficial se situé un 3% por encima de la inflación del momento en que se lleve a cabo el cambio y la fecha de vencimiento. Si se toman las estimaciones del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA de julio, esto implicaría que la devaluación debería ser del 76% desde agosto del 2022 hasta junio del 2023 considerando que la inflación proyectada es del 71% para ese periodo”, consideró.
“En nuestro modelo base entendemos que este escenario no es el más probable, y que la inflación se situará por encima de la devaluación. Esto se debe a que no solo entendemos que el gobierno evitará llevarlo a cabo por sus implicancias sobre otros factores de la economía, sino que buscará devaluar sin devaluar”, agregó.
“En conclusión, sugerimos no posicionarse en Bonos Duales y optar por bonos y letras CER cortas, específicamente la Lecer X17F3 y el bono CER TX23 al ofrecer mayores rendimientos. Sin embargo, si el inversor espera otro escenario (una devaluación mayor a la inflación) es preferible los bonos dulares por sobre los bonos dólar-linked dado este opción de convertirse a CER”, concluyó Donzelli.