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Aumenta el pedido de préstamos personales para las compras cotidianas

Un estudio de febrero señala que las familias siguen endeudándose cada vez más para pagar deudas o para comer. Los intereses de algunas casas financieras superan el 200 % y existe también un mercado informal muy fuerte.


Sacar un préstamo puede ser una verdadera posibilidad de crecimiento o el inicio de un círculo vicioso del cual será difícil salir. Dependerá de la capacidad financiera para devolverlo y, sobre todo, del uso que se le dará, pudiendo ser una inversión o bien un gasto que no se recuperará. Lo cierto es que son diversas las herramientas que existen en este sentido como los bancos, financieras, programas estatales e incluso prestamistas, cada uno con diferentes tasas y requisitos.

Con la crisis económica que atraviesa el país y la inflación llegando a cifras de las más altas de los últimos tiempos, los préstamos pasaron a ser una herramienta más obligada que viable para muchas familias. Una muestra de ello es el último informe publicado por First Capital Group, uno de los conglomerados profesionales especialistas en finanzas más importantes, que señala que los préstamos personales crecieron un 4,1 % el mes pasado.

Crecimiento

Pero, aunque esta situación se profundizó en el último tiempo, lo cierto es que este panorama está lejos de ser nuevo.  Tanto es así que la misma medición indica que se trata de la vigésima primera suba consecutiva. La suba interanual de este tipo de créditos, si se toma en cuenta los montos, fue de casi el 55 %.

Más allá de los informes y las mediciones, la situación puede muchas veces palparse en las casas que ofrecen créditos, donde suelen haber largas filas de personas esperando ser atendidas, una cuestión que se acrecentó en los últimos años.

Este tipo de préstamos tiene la ventaja de que pueden servir para salir de una situación de emergencia o apremiante, aunque a largo plazo muchas veces son el ingreso a un espiral de endeudamiento del que es cada vez más difícil salir.

Cambios

Informes nacionales señalan que las tarjetas de crédito y los pagos en cuotas se usan cada vez más para compras menores en supermercados, mientras que antes se utilizaban para productos más caros y durables como los electrodomésticos. Así también los préstamos que históricamente fueron para grandes compras, como un vehículo o una casa, ahora son mayoritariamente para pagar otras deudas o bien para servicios o productos de consumo diario, de acuerdo al estudio.

Otros sondeos financieros determinaron también que la morosidad en el país creció cerca del 10 % en el último tiempo, lo que pone cada vez más trabas a los que desean sacar un crédito en el ámbito formal, ya que no pueden cumplir con ciertos requisitos. Este escenario es el que hizo crecer la oferta de prestamistas particulares, que operan a través de las tarjetas de crédito. Si una persona necesita, por ejemplo $ 10.000, simulan una venta por $ 18.000.

De esta manera, la persona pagará un alto porcentaje de interés, pero tiene la posibilidad de obtener efectivo de manera automática y sin más requisito que el de tener cupo disponible en su tarjeta de crédito. En estos casos, se da un doble interés: el que aplica el prestamista y el de la misma entidad financiera que emitió el plástico.

Los intereses son también desmedidos en las casas de préstamos, cuyas publicidades proliferan. En algunos casos, presentan como una promoción por tiempo limitado una tasa de más del $ 190 %, aunque son muchos los casos en que supera ampliamente el 200 %, por lo que las personas que solicitan un préstamo terminan pagando muchas veces más del triple que el monto solicitado.

Los bancos tienen tasas mucho menores, aunque solicitan ciertos requisitos que suelen hacerlo inaccesibles.

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