El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ayer sufrió una pérdida importante de reservas líquidas.
En este contexto en la entidad se avizoró que hubo un fuerte pedido de dólares por parte de empresas que se abastecen de insumos del exterior. Además de gastos de bonos en dólares, en el mercado cambiario de los tipos de cambio libre que siguen subiendo. Esto generó una alarma por parte de los Directores que llamaron a una reunión de urgencia.
Con un cepo cambiario que ya no puede estrangular tanto, ayer el BCRA recibió un fuerte pedido de dólares por parte de los importadores de insumos. Las empresas que importan insumos le sacaron a la autoridad monetaria US$ 128 millones. Y los operadores le fueron solicitando partidas hora por hora, ya que en la apertura los dólares financieros libres iniciaron negocios 3 pesos arriba del cierre del martes, y con baldazos de reservas regaladas se terminaron entregando por esa vía US$ 62 millones. Por lo que, entre ambos mecanismos, ayer se le fueron al Central nada menos que US$ 190 millones y todavía quedan decenas de ruedas hasta las elecciones.
En la actualidad estamos asistiendo a una ola de pedido de fondos creciente y esto se refleja en el gasto de dólares y de bonos en el mercado cambiario, en los cuales los tipos de cambio libres siguen en suba. Además de los compradores de insumos, una de las causas es la libre circulación de cambio en el exterior.
Desde que recibió los DEG del FMI el 22 de agosto pasado (considerando que ya se le devolvieron US$ 1.885 millones por el pago de una cuota por deuda de capital), el Banco Central lleva perdidos US$ 1.604 millones, lo que hasta ahora da un promedio de US$ 57 millones por día.
En el Gobierno parecen estar convencidos de que tienen la capacidad de aguantar esta estructura de mercado hasta que se vote, para recién tomar decisiones gruesas una vez que la población haya entregado sus votos en las urnas. Pero hay un elemento que parece estar fuera del cálculo de los funcionarios actuales: el mercado está convencido de que después de las urnas vendrá sí o sí una devaluación de al menos el 50%, de golpe o escalonada, y esa expectativa plantea que los importadores se amontonen para traer productos con el tipo de cambio actual, y los exportadores parecen estar decididos a postergar las liquidaciones de divisas, ya que en dos meses podrán conseguir muchos más pesos que ahora.
Distintas visiones
Frente a la actual coyuntura, el economista Esteban Domecq, de Invecq Consulting, resaltó con mucha lógica que “en la historia argentina ningún Gobierno pudo anticipar cuándo iba a devaluar, el fenómeno simplemente sucede porque las expectativas hacen que los participantes del comercio exterior detienen exportaciones o aceleran importaciones”. Y en un Banco Central con muy pocas reservas líquidas, con las pérdidas diarias actuales, los tiempos están jugados y veremos de qué modo se llega a las urnas.
Esta entrega de reservas en la ventanilla para abastecer a importadores de insumos y en la ventanilla para apagar el mercado cambiario se dio por supuesto con un contexto en el que la economía actual acusa desequilibrios enormes, y en la que el dólar sube porque es la caja de resonancia de todos los problemas que tiene el país.
A los importadores de insumos se les dieron más dólares porque a los supermercados están llegado productos con remarcaciones, y en vez de bajar la presión tributaria que integra gran parte de los precios finales en las góndolas, la legisladora Cecilia Moreau, la misma que tuvo gran protagonismo en la traba de entrada de vacunas norteamericanas y en vez de enviar una buena señal para la inversión ayer sentenció “si siguen especulando habrá que clausurar sucursales”.
Presión sobre el dólar
Algunos analistas advierten que los precios actuales del billete muestran hoy cotizaciones astronómicas, súper altas, que superan incluso con el gran susto de la salida de la convertibilidad, cuando llegó a $4 en el 2002. Pero al mismo tiempo dicen que la gente sigue comprando porque calcula que con la gigantesca masa de pesos que están repartiendo para ver si pueden comprar votos y dar vuelta la elección están sembrando una crisis casi segura para principios de 2022, por lo que el precio actual quedará como un valor absolutamente de rebaja.
Sea como fuere, como el titular de la Fed anticipó que EE.UU. deberá empezar a dejar de repartir tantos dólares en noviembre, ya que la inflación ya es estructural y está empezando a generar problemas importantes, ayer el dólar subió en el mundo contra casi todas las monedas. En el exterior, el billete verde saltó 0,9% en México y Chile, subió 0,8% contra el euro y la libra, 0,4% contra el yen, pero bajó 0,3% en Brasil. Y atención que el billete verde alcanzó ayer su mejor posición del año contra el euro y la libra se está hundiendo por los enormes problemas de abastecimiento que está sufriendo Gran Bretaña, muchos vinculados al Brexit y a la firmeza del petróleo.
Pero, mientras el dólar global subía, en Argentina pegó un brinco en la apertura, los dólares financieros arañaron los $178, pero el Gobierno, con entrega de reservas y gran uso de bonos (con doble volumen operado y nueva caída en sus precios) terminaron frenados, pero anotando una nueva suba diaria, con récord histórico para el dólar MEP, que es el que los ahorristas llevan a las cajas fuertes o directamente al colchón.
Por la situación vivida ayer, el dólar turista subió 2 centavos hasta $171,93, el oficial subió un centavo hasta $104,20 y el blue terminó sin cambios a $187. El dólar mayorista subió 6 centavos hasta $98,72, con el BCRA perdiendo US$ 190 millones en las reservas hasta US$ 42.894 millones brutos. El dólar Senebi no cambió y siguió a $195. Pero el dólar MEP subió 23 centavos hasta $174,64 y el contado con liquidación subió 24 centavos hasta $174,74. Y con eso, la brecha entre el dólar oficial y el blue fue del 79,5% y la del CCL y el mayorista fue del 77%. Y, medidos en pesos, el real subió 3 centavos hasta $18,18, el euro cayó 83 centavos hasta $114,35 y la libra cayó $1,07 hasta $132,37.
La situación no es sencilla en ninguna parte. Nadie espera que las tasas cortas de la Fed suban de inmediato, pero las tasas largas de los bonos de Tesoro se están calentando: ayer cerraron al 1% anual a 5 años, 1,53% a 10 años y 2,1% a 30 años. Y la perspectiva de que se empiecen a comprar unos u$s 10.000 M en bonos hipotecarios dentro de cinco semanas empieza a debilitar el valor de los bonos de todas partes, que terminan setiembre con el peor resultado mensual de 2021. Y con muchas empresas empezando a abrir el paraguas: por ejemplo, Aeropuertos Argentina 2000 (AA2000) ya ofrece extender plazos de bonos por US$ 336 millones que canjeó en el 2020 hasta el 2031.